Dolors Róo, presidenta de Òmnium Cultural Terres de l'Ebre "Allí donde sea necesario, encontraremos gente del Ebro, que defiende el futuro del nuevo país y también nuestra identidad"

12 de mayo de 2020 a las 07:37h

Ya han pasado unos días desde los hechos del 1 de octubre. ¿Qué balance hace Òmnium Terres de l'Ebre?

Comentar los hechos del 1 de octubre abre un abanico de sentimientos: los primeros son una mezcla de pena y rabia pensando en las personas agredidas por los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado español. A la vez, sin embargo, evocamos la valentía y la dignidad de un pueblo que, a pesar de las amenazas y ataques injustificados, hizo realidad el referéndum, y expresó su voluntad sobre el futuro de nuestro pequeño gran país. Las agresiones no son nunca las respuestas adecuadas a los ejercicios de los derechos democráticos.

¿Qué participación tuvo en el referéndum el electorado de las comarcas ebrenses? ¿Os sorprendió?

Fue la esperada, una de las mejores de Cataluña, a pesar de haber sufrido los ataques en tres grandes ciudades. La gente del Ebro, durante estos años, ha estado presente de manera activa y festiva en las diferentes movilizaciones y ha hecho oír su voz por toda Cataluña. El 1 de octubre lo volvió a demostrar.

¿Òmnium se había planteado la posibilidad de que habría episodios como los de Roquetes, Móra y Sant Carles?

Creo que sabíamos que el estado español utilizaría todos los mecanismos a su alcance para evitar la celebración del referéndum. La llegada de dotaciones de la Policía Nacional y de la Guardia Civil hacía sospechar que algo pasaría. Además, había habido los avisos de "por tierra, mar y aire", pero yo no imaginé que fuera posible, en el siglo XXI, ver las imágenes que se han visto y la brutalidad ejercida. A pesar de ello, volvieron a intervenir el ingenio, la solidaridad y la habilidad de la ciudadanía para evitar más heridos.

¿Cómo valoráis la respuesta de la ciudadanía ebrense ante lo que está viviendo actualmente el país?

La ciudadanía ebrense se caracteriza por ser reivindicativa, exigir sus derechos y denunciar todo aquello que daña injustamente nuestro territorio. La existencia de diferentes movimientos asociativos reivindicativos importantes, como la Plataforma Trens Dignes y la Plataforma Ciutadana en Defensa de les Terres del Sénia, nos permite ser mucho más activos que en el resto del país. Allí donde sea necesario, encontraremos gente del Ebro, que defiende el futuro del nuevo país y también nuestra identidad, y esta es una fortaleza que no podemos perder nunca.

Vuestra institución nació en 1961 para estar al servicio de la lengua, la cultura y el país. Ha pasado más de medio siglo, y los motivos que impulsaron el nacimiento de Òmnium parecen más vigentes que nunca. ¿Ha habido un retroceso respecto de todo lo que la sociedad catalana había logrado a lo largo de las últimas décadas?

El 10 de julio de 2010, con la organización de la primera manifestación, el papel de Òmnium en la defensa del país, uno de nuestros objetivos históricos, empezó a ser más visible. Cada vez somos más miembros: en Cataluña pasamos de los 73 000, y en las Terres de l'Ebre estamos a punto de llegar a los 1000 socios y socias.

El retroceso de la sociedad catalana de los últimos años es principalmente producto de los ataques continuos desde el estado español, que con el recorte del Estatuto de Autonomía inició una lucha continua contra la capacidad normativa de la Generalitat, mediante la suspensión de todas las normativas que el Parlamento de Cataluña aprueba. Esta forma de gobernar ha tenido unas consecuencias graves para nuestro país, y sobre todo para la ciudadanía. De aquí ha nacido el clamor mayoritario por un nuevo país, la necesidad de una nueva república, más justa y socialmente responsable.

Dos años después de la fundación de Òmnium Cultural, el gobernador civil ordenó el registro y la clausura. ¿Se podría repetir una situación similar?

Nuestra entidad es una de las líderes en el proceso, y ya hemos sufrido los ataques del estado español en forma de multas en diversas ocasiones. No podemos descartar encontrarnos en una situación similar, en un futuro no muy lejano.

El ejemplo más claro es la acusación de sedición a nuestro presidente, Jordi Cuixart, por parte de la Fiscalía, después de la detención indiscriminada, el 20 de septiembre, de personal y altos cargos de la Generalitat. A este hecho, que generó una movilización ciudadana espontánea, se sumaron los del 1 de octubre. Por lo tanto, cualquier escenario es posible.

Una de las quejas habituales de la ciudadanía ebrense y de otros territorios es el centralismo del gobierno de la Generalitat. ¿Desde Òmnium Terres de l'Ebre habéis puesto en marcha alguna iniciativa para aumentar el protagonismo de las comarcas del sur? En una Cataluña independiente, ¿cuál sería la relación entre Barcelona y el Ebro?

Una de nuestras principales tareas es intentar mantener la marca Terres de l'Ebre, como eje de unión de las 4 comarcas y de sus pueblos. A pesar de la distancia entre los municipios, intentamos hacer actividades que abarquen todo el territorio ebrense, como ahora Llegim Òmnium.

En cuanto al futuro, la relación entre Barcelona y el Ebro debe ser más cercana. No debemos ser una periferia, sino estar presentes como veguería. Para hacerlo, es necesario que nos preparemos, olvidemos historias del pasado y encaremos el futuro con empuje y decisión.

¿Qué futuro confiáis que nos espera a los catalanes, y en particular a los de las comarcas del sur?

El futuro está por escribir y depende de todos nosotros la letra de la historia. Como dijo el poeta Vicent Andrés Estellés: "No te limites a contemplar estas horas que ahora vienen. Baja a la calle y participa. No podrán nada ante un pueblo unido, alegre y combativo".

MARTA MILIAN ARIÑO

* Entrevista realizada el pasado 8 de octubre de 2017