La Asociación de Diplomáticos españoles (ADE), que representa en la actualidad a más del 75% del total de miembros de la carrera diplomática española, ha expresado su "preocupación" por los nombramientos de Àngel Ros como embajador de España en Andorra, de Juan Andrés Perelló como embajador delegado representante permanente en la UNESCO y de Manuel Escudero como embajador representante ante la OCDE. En un comunicado, la ADE ha mostrado su "disconformidad" con estos nombramientos de embajadores denominados "políticos", es decir, no pertenecientes a la carrera diplomática, según apunta la asociación. La Asociación de Diplomáticos españoles apunta que esta discrecionalidad no puede ni debe convertirse en arbitrariedad, basarse en criterios partidistas o servir para garantizar una "salida institucional" para personas a las que se quiera beneficiar en detrimento de los funcionarios diplomáticos, "que son los profesionales en esta materia". La ADE asegura que ser embajador de España "no se improvisa ni se aprende en pocos años" y señala que es la consecuencia última de una carrera profesional que se inicia al superar unas oposiciones "exigentes" y que se continúa con una dilatada experiencia después de "muchos" años de trabajo "consagrados a salvaguardar los intereses" de España tanto en el extranjero como en el propio país.
El reglamento de la carrera diplomática, ahora bajo revisión, establece varios requisitos "ineludibles" para llegar a ser jefe de misión diplomática y entre estos el haber cumplido, como mínimo, 20 años de carrera, según indica la ADE. La nueva versión del reglamento que ahora se negocia mantiene esta exigencia de una brillante y dilatada trayectoria profesional para acceder a una jefatura de misión. "No se entiende, en buena lógica, que un funcionario deba haber cumplido 20 años de ejercicio de su profesión y haber ocupado una serie de puestos de responsabilidad diplomática para aspirar a ser embajador, y quien es nombrado por razones partidistas, ninguno", critica. No obstante, la asociación puntualiza que por estos y muchos otros motivos, "los nombramientos de embajadores políticos deben limitarse al máximo y sólo aplicarse muy excepcionalmente en los casos en que un determinado nombramiento favorezca de manera indiscutible el interés de España". La ADE recuerda que el actual ministro de Asuntos Exteriores Unión Europea y Cooperación ha manifestado reiteradas veces su voluntad de profundizar en la profesionalización de la carrera diplomática, y en concreto se ha referido a la necesidad de que las embajadas sean atribuidas según criterios de estricto mérito y capacidad entre diplomáticos de carrera, excepto casos "muy excepcionales". Por ello, la ADE confía en que estos nombramientos sean verdaderamente casos "muy aislados" y espera que estas reflexiones "coadyuven a una óptima toma de decisiones en beneficio de los intereses de España en el ámbito de nuestra política exterior".