Diecinueve medios aéreos –entre helicópteros e hidroaviones- así como un total de 200 efectivos terrestres siguen trabajando sin descanso para evitar que el fuego que se declaró este jueves por la tarde en la sierra de Cardó-Boix, en Tivenys (Baix Ebre), avance por la cresta hacia los términos municipales de Rasquera (Ribera d'Ebre) y El Perelló. Con este objetivo, los bomberos concentran sus esfuerzos en el flanco derecho del fuego para evitar que pueda llegar a la Creu de Santos, después de que a lo largo de este jueves por la mañana se haya podido reducir de forma considerable, sin llegar aún a estabilizar, el flanco izquierdo. Las nubes que dificultan el vuelo de los hidroaviones y la necesidad de helitransportar a los efectivos hasta la montaña dificultan las tareas. El director general de Bomberos, Juli Gendrau, cree que el siniestro requerirá muchas horas de trabajo. De momento, el fuego ya habría calcinado unas 130 hectáreas.
Las condiciones meteorológicas de esta mañana, con espesas nubes bajas, han ayudado y al mismo tiempo perjudicado las manchas de extinción, según ha confirmado Gendrau. A pesar de las mejores condiciones de humedad, la mala visibilidad ha dificultado el trabajo de los medios aéreos, especialmente los hidroaviones, en una zona escarpada donde los efectivos terrestres han seguido siendo helitransportados hasta la cresta. A pesar de ello, los bomberos han conseguido frenar en buena medida el avance del flanco izquierdo, donde se concentraba un potencial importante de territorio con vegetación. Posteriormente, han concentrado buena parte de los esfuerzos en estabilizar el franco derecho, que avanzaba en dirección al término de Rasquera y la Creu de Santos –la montaña más elevada del macizo- y por el barranco de las Calobres hacia el término de El Perelló. La estrategia, según ha abundado el propio Gendrau, era atacar fuertemente con medios aéreos este flanco izquierdo, concentrado en una olla, para evitar que remonte hacia la cresta y llegue a estas zonas. "No es un fuego de muchas hectáreas sino de horas de trabajo por las dificultades de acceso", ha recordado. Unas 200 personas, entre bomberos, agentes rurales, personal de ADF o Mossos trabajan en las tareas de extinción. Las que se enfrentan al fuego y al humo deben ser transportadas en helicóptero hasta la parte superior ante la imposibilidad de que lleguen los vehículos terrestres. Así las cosas, la complejidad orográfica de los barrancos, la calima y el incremento de la temperatura a medida que avanza el día invitan a la prudencia. Más aún, a partir de primera hora de la tarde, cuando el viento gira a brisa marina. Aunque este jueves los bomberos cifraban el potencial que podría quedar arrasado en 1.000 hectáreas, Gendrau lo ha rebajado este viernes a unas 500 tras la buena respuesta de las actuaciones en el flanco izquierdo. La importancia de los medios aéreos, en este contexto, es esencial. De los 19 movilizados, tres son del Ministerio de Medio Ambiente, que también ha destinado a la zona tres Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF). De momento, los Agentes Rurales siguen investigando las causas del fuego, que se declaró sobre las cinco menos cuarto de la tarde de este jueves. Aunque aún no se ha determinado el origen, por su localización y condiciones se trabaja con la idea de que no habría sido provocado por la mano humana.
