Agentes de la policía española y de la Guardia Civil han detenido en Rubí (Vallès Occidental) a un hombre que presuntamente habría cometido una cuarentena de estafas a través de internet. El arrestado comercializaba material de construcción con anuncios publicados en dos páginas web creadas por él mismo y los productos casi nunca llegaban a sus compradores. De hecho, la policía calcula que habría hecho una cuarentena de estafas con las que habría obtenido 42.000 euros. El hombre tenía grandes conocimientos técnicos del material que vendía, ya que había trabajado anteriormente en empresas del sector y tenía un alto nivel de conocimientos informáticos. Esto le permitió crear páginas web para la venta de productos, y crear varios tipos de facturas, ya que tenía inscrita una de las empresas en el Registro Mercantil Central.
Una vez que las víctimas habían hecho el ingreso del dinero mediante transferencia bancaria, casi nunca se hacía el envío de los productos. El estafador alegaba problemas de almacenaje, de logística, de incumplimiento de plazos por parte de los proveedores o administrativos para alargar su reclamación. Para que desistieran de sus pretensiones, solo cuando sabía que lo habían denunciado se ponía en contacto con las víctimas para devolverles el dinero o hacerles llegar el producto adquirido. Este procedimiento lo hacía servir cuando era citado por el juzgado correspondiente a la vista previa. Él mismo o a través de un abogado, presentaba un justificante de haber devuelto el dinero o de haber entregado el material al denunciante, cosa que permitía el sobreseimiento de las actuaciones penales o que pasara a ser un proceso civil por incumplimiento de contrato, evitando de esta forma su responsabilidad penal. El detenido eludía su persecución y conseguía una mayor impunidad porque tenía las causas abiertas en varios juzgados de todo el Estado. En total tenía 42 denuncias por haber estafado más de 42.000 euros. Además, en el momento de ser arrestado tenía tres judiciales por hechos similares a los investigados. Durante el operativo policial, se hizo una entrada y registro en el domicilio y en la oficina del investigado, donde se intervino un equipo de informática y numerosa documentación de facturación y clientes, asimismo se decomisó un disco duro que contenía toda la información para esclarecer los hechos. El dispositivo policial se puso en marcha a raíz de las numerosas denuncias recibidas desde varios puntos del Estado en las que se detectaba el mismo 'modus operandi'.