Descubren un tramo entero de la muralla del siglo XIV en la calle Argenteria

27 de junio de 2017 a las 17:42h
El hallazgo de un trozo de muro en mayo en la calle Argenteria de Girona ha permitido descubrir un tramo entero de la antigua muralla meridional de la ciudad del siglo XIV. La intervención arqueológica iniciada después de que unas obras localizaran parte del muro ha excavado hasta 4,5 metros y ha encontrado los cimientos de esta fortificación. También ha podido datar los diferentes niveles que tenían las calles de la ciudad durante los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Ahora, la Generalitat y el Ayuntamiento están estudiando cómo hacerla visible y compatibilizarlo con los usos que tenga el edificio. El director de los servicios Territoriales de Cultura en Girona, Francesc Ten, ha avanzado que también trabajarán para encontrar líneas de financiación que permitan documentar más la fortificación y encontrar nuevos restos. De hecho, ha avanzado que algunos vecinos les han comunicado que podrían tener vestigios en sus propiedades y la intención es investigarlo.
Se sabía de su existencia a través de la documentación conservada pero la prueba física no se ha descubierto hasta ahora. Unas obras en la calle Argenteria número 23 sacaron a la luz una parte de la antigua muralla y ahora la excavación arqueológica ha podido recuperar todo un tramo (de 5 metros de ancho, 12 de altura y 2,40 de profundidad) datado del siglo XIV. Se trata de un hallazgo histórico porque se ha podido acceder hasta los cimientos de esta construcción y se han podido determinar los diferentes niveles de circulación que tenía esta calle de la ciudad no sólo durante aquel siglo sino también a lo largo de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. La excavación arqueológica ha permitido descubrir que, de hecho, en el siglo XIV el vial se encontraba 3,80 metros por debajo del actual mientras que en el XIX, era sólo 1,1 metros más bajo que a día de hoy. La intervención ha permitido determinar también que la primera gran modificación de la fortificación se produjo en el siglo XVI, cuando se levantó el actual edificio. La segunda más importante tuvo lugar en el XIX con la reforma desde este tramo hasta la Rambla. Los cambios supusieron abrir las casas al río y, de rechazo, agujerear la muralla para hacer balcones y construir nuevas plantas. Ni el Ayuntamiento ni la Generalitat tenían conocimiento de que en esta zona se pudiera mantener un tramo tan bien conservado. La arquitecta municipal, Rosa Cànovas, ha insistido en que en los 30 años que hace que ejerce en el consistorio, nunca había tenido una noticia similar. De hecho, las obras que sacaron a la luz el primer tramo del muro inicialmente no tenían que intervenir en esta parte. "Nadie se imaginaba que encontraríamos esto. La intención era intentar datar y ver si encontrábamos algún cimiento pero hemos ido bajando y se han encontrado las capas de todas las etapas desde su construcción", destaca. Hacerla visible y accesible La intención es ahora hacerla visible y estudiar si hay otros tramos en esta zona que se puedan recuperar. De momento, están estudiando cómo poder enseñar el hallazgo y hacerlo compatible con los usos que tendrá el edificio (los bajos del cual se destinarán con toda probabilidad a usos comerciales). "Habrá que ver si se puede hacer accesible", ha añadido. Ten ha explicado también que algunos vecinos de la zona ya les han comunicado que podrían tener vestigios en sus propiedades. "Tenemos que mirar qué fórmula encontramos con el Ayuntamiento, la Generalitat y también la Universidad para poder encontrar más restos de esta parte meridional de la muralla", ha dicho. Por otra parte, Cànovas ha añadido que han recibido una petición de licencia para hacer obras en un local cercano y que, a raíz del descubrimiento, se plantean hacer un "control previo". Por su parte, la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, ha asegurado que se trata de un hallazgo "extraordinario" para la ciudad y que "puede abrir puertas a nuevos conocimientos y aspectos de nuestra historia". Continuar estudiando el hallazgo El rey Pedro III El Ceremonioso ordenó la construcción de esta fortificación con el objetivo de proteger Girona durante la segunda mitad del siglo XIV. La documentación conservada sitúa el recorrido de la muralla (datada de entre finales del siglo XIV y principios del XV) desde la llamada torre del Telégrafo y hasta el inicio de la calle del Carme. Lo que se tendrá que determinar también es si este hallazgo podría corresponder a algún tipo de torre, teniendo en cuenta que se encuentra en un punto de entrada a la ciudad. Esto podría explicar la altura (de al menos 12 metros) y también la anchura de los muros. "Todo esto se tendrá que seguir estudiando", ha remarcado Ten.
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