Agentes del Seprona de la Guardia Civil decomisaron este martes por la tarde 131 kilos de pulpo en Deltebre (Baix Ebre) que iban a destinarse a la venta sin haber pasado por la lonja y superado los preceptivos controles sanitarios así como de trazabilidad que se exigen. Los cefalópodos eran transportados sin ninguna documentación en una furgoneta que procedía del puerto pesquero de Sant Joan de la misma población. Los agentes habían observado, anteriormente, una embarcación pesquera que, una vez amarrada en el puerto, descargaba pescado en cajas de plástico introduciéndolo directamente del vehículo de carga. El decomiso se produjo cuando el vehículo ya había abandonado el recinto portuario y llegaba a un almacén de Deltebre. El responsable fue denunciado ante el Departamento de Agricultura.
A raíz de la identificación del conductor y posterior registro de la carga, los agentes localizaron 121 kilos de pulpo repartidos en cuatro cajas de plástico y no disponían de la documentación del traslado de las capturas hasta el punto de venta. Posteriormente, los agentes inspeccionaron el almacén donde iban a depositarse las capturas. Allí, localizaron dos congeladores y, en su interior, cuatro pulpos más con un peso total de diez kilos, en fase de congelación y tampoco sin documento de trazabilidad sobre su procedencia. El responsable de la carga fue denunciado ante el Departamento de Agricultura por infringir varios conceptos de la normativa relacionada con la primera venta de productos pesqueros. Una vez efectuados los controles sanitarios pertinentes para garantizar su consumo, los pulpos serán donados a un centro de beneficencia o banco de alimentos, según ha informado la Guardia Civil.
