Las tareas de desescombro en el chalé de Alcanar Playa se reanudarán hoy lunes después de que este domingo se hayan seguido realizando detonaciones controladas en la finca –menos ruidosas que las del sábado-, que podrían continuar también mañana por parte de los TEDAX. Este domingo por la tarde, el transporte funerario judicial se ha desplazado hasta la urbanización Montecarlo. En los trabajos entre los escombros de la finca, donde se localizaron más de un centenar de bombonas de butano, se han encontrado también restos biológicos de al menos dos personas diferentes. Durante este lunes se espera que se pueda retirar la retroexcavadora que quedó dañada en la segunda explosión, el jueves por la tarde, en las primeras tareas de desescombro. Esta noche la pasarán fuera de casa siete vecinos desalojados, de tres casas diferentes, próximas al chalé donde se registraron las explosiones.
Según ha explicado el cuarto teniente de alcalde de Alcanar, Jordi Bort, el Ayuntamiento contaba con que había cinco vecinos a quienes debían reubicar pero, finalmente, dos vecinos que primero habían ido a buscar alojamiento por su cuenta –en casas familiares o segundas residencias- han terminado regresando al municipio. Así, son siete las personas atendidas por los servicios sociales del consistorio canareño, que les proporciona alojamiento –en apartamentos o bungalows de un camping de la zona-, comida y todo lo que necesiten (ropa, toallas o material de higiene personal) mientras su casa no sea segura –sí que lo es la de los afectados que ya han podido regresar.
Y es que estos siete vecinos son los que tienen la casa con más afectaciones a causa de las explosiones registradas en el chalé, donde se calcula que los terroristas habían estado preparando los atentados desde hacía más de seis meses. De hecho, estos vecinos hasta ahora no habían podido acceder en ningún momento a su domicilio personalmente para recoger documentación o medicamentos. Los Mossos han garantizado la seguridad de las casas mientras los agentes continúen trabajando ante el temor de los propietarios de que alguien pudiera entrar a robar en su vivienda aprovechando los desperfectos en ventanas.