Los y las socialistas nos declaramos feministas. El feminismo es un movimiento sociopolítico que reivindica la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, sin ejercer los derechos no hay igualdad y sin igualdad no tenemos libertad. Los y las socialistas somos feministas porque queremos cambiar las estructuras para hacer mujeres y hombres libres y con igualdad de oportunidades. El feminismo forma parte de nuestro ADN.
Ahora más que nunca hay que hacer hincapié en las políticas de igualdad porque estamos viendo que determinados sectores quieren retroceder en el tiempo y amenazan las conquistas de las políticas feministas. Países como EEUU, Rusia, Brasil, Hungría, Polonia... a pesar de tener realidades muy diferentes tienen un objetivo común que es la lucha contra los avances de las mujeres y contra el feminismo porque son conscientes de que este movimiento transforma la sociedad.
Pero esta realidad que se ha dado a nivel internacional, en los últimos meses, por desgracia también se ha extendido en España liderada con partidos como VOX, pero también con el Partido Popular y Ciudadanos. Estos partidos cuestionan la necesidad de las políticas de género e incluso la existencia de la violencia machista. En España la derecha y la extrema derecha hacen exhibicionismo del machismo. Y esto no nos debe extrañar porque la derecha es conservadora y el conservadurismo se basa en la perpetuación de su modelo y del orden social. Un modelo construido a partir de la idea de que los hombres tienen el poder y la capacidad para gestionar este orden social y garantizar la continuidad del modelo patriarcal y los principios del machismo radical.
Partidos de extrema derecha como VOX quieren expandir la idea de que el feminismo criminaliza y va contra los hombres, denigrar a las mujeres mintiendo respecto a los datos de denuncias falsas que hacen éstas en relación a la violencia de género, hacer de altavoz de aquellos hombres que ven atacados sus privilegios y de aquellos que piensan que si los derechos de las mujeres avanzan ellos pierden, de aquellos que creen que existen roles familiares o sociales determinados por el hecho de ser hombre o mujer. Intentan hacer ver que las mujeres se quieren imponer por encima de los hombres a toda costa y quieren que el género sea un campo de batalla.
Pero como decía no todo es VOX, el Partido Popular también ha radicalizado su posición, planteando su intención de revisar la ley del aborto, e incluso con declaraciones de su líder, Pablo Casado, diciendo "que un maltratador es esa persona que no se está portando bien con las mujeres" con esta afirmación lo que hace es despenalizar la violencia machista.
Estas afirmaciones e intenciones, incluido el cuestionamiento de la Ley de violencia machista, sitúan en la cuerda floja nuestros derechos, desde los derechos laborales hasta el derecho a decidir sobre el propio cuerpo.
Y si vamos a los datos nos muestran una sociedad en la que es evidente la desigualdad entre sexos. La brecha salarial entre hombres y mujeres es del 29%, la precariedad y la temporalidad laboral es femenina, las mujeres sólo ocupan el 31,4% de los cargos directivos y de gerencia, las mujeres que cursan estudios científicos y tecnológicos está entre el 15% y el 20%, la conciliación familiar es protagonizada por las mujeres, el acoso sexual y por razón de sexo sigue siendo una de las formas más generalizadas de violencia en los centros de trabajo y la feminización de la pobreza también tiene rostro de mujer.
Estamos ante una realidad en la que las desigualdades aún están presentes, y justamente en estas desigualdades entre sexos es donde está la raíz de la violencia machista. Y quiero hacer hincapié en el término violencia machista, no doméstica como algunos la quieren llamar, y no lo digo sólo porque va más allá de la cuatro paredes de la casa sino porque es violencia de los hombres hacia las mujeres. Entendemos que una sociedad madura y democrática no se puede permitir que la mitad de su población esté discriminada o infravalorada, y que los derechos de las mujeres se vean amenazados. Ante este escenario, en el que la derecha reaccionaria se ha quitado la máscara, es fundamental que ahora más que nunca impulsemos y garanticemos las políticas públicas de igualdad porque son el instrumento para mejorar, de manera integral, no sólo la vida de las mujeres sino de toda la ciudadanía.
Cuando los y las socialistas hemos gobernado hemos tenido claro que las políticas de género debían estar en el núcleo duro de nuestro proyecto, y esta convicción es la que nos ha llevado a declarar Vilanova i la Geltrú como ciudad feminista. Hemos trabajado y seguiremos trabajando para hacer de Vilanova i la Geltrú una ciudad más igualitaria, y lo haremos, reforzando los servicios y programas que son recursos básicos para las mujeres, pero también herramientas para denunciar y erradicar la violencia machista. Debemos impregnar todos los servicios del ayuntamiento de los principios de igualdad pero muy especialmente la educación, es imprescindible el trabajo con los niños y las niñas. Es cierto que hemos avanzado en este campo, las niñas están conquistando los espacios que tradicionalmente eran masculinos desde el fútbol hasta la ciencia, pero ahora lo que hay que hacer es que los niños entren en los espacios que tradicionalmente eran considerados femeninos como el de las emociones o el de los cuidados. Tenemos que liberar a los niños y los jóvenes de los estereotipos y del mandato de que deben ser los más fuertes, valientes, no llorar, imponerse... tenemos que trabajar desde los primeros años de su socialización y formación y hacerlo codo a codo con las escuelas y los institutos.
Nuestro compromiso como socialistas es situar la reivindicación feminista en el corazón de la vida pública, política y social.
Teresa Llorens Carbonell
Concejala y Portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú