El pasado mes de enero la cornisa de un balcón de la duodécima planta del edificio Atlántico se cayó. Los ladrillos cayeron a la calle e hirieron a dos peatones. El desprendimiento afectó también a vehículos y motos.
El tráfico quedó cortado en ese punto de la Rambla Nova, por miedo a más desprendimientos, durante varios días. El Ayuntamiento de Tarragona requirió a la propiedad del edificio que asegurara la seguridad, instalando una red de protección.
La red que se acabó instalando y permitió reabrir el tráfico entre las calles Rambla Nova y Rovira i Virgili, continúa instalada a día de hoy, diez meses después.
Esta mañana, sin embargo, las obras de rehabilitación del edificio han comenzado. Varias personas han comenzado ya a instalar el andamio, desde donde los trabajadores comenzarán las obras.
Se desconoce aún cuál será la duración de estas obras.
