La semana pasada comenzaron las obras de construcción de la rotonda que conectará la C-51 con la T-240. Los trabajos corren a cargo de la Generalitat de Catalunya y consistirán en construir una rotonda de 56 metros de diámetro exterior con el objetivo de mejorar la seguridad vial y la canalización de los movimientos de vehículos. La nueva rotonda contará con 6 ramales: dos para dar continuidad a la C-51, uno para conectar con la T-240 (en dirección al núcleo de La Bisbal del Penedès) y tres ramales que conectarán con los viales de servicio existentes. Desde el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya prevén formar unos 400 metros nuevos en las conexiones con los viales de servicio y 300 metros de nueva carretera T-240. Por otra parte, la calzada anular de la rotonda estará formada por 2 carriles de 4 metros, un arcén exterior de 1,5 metros y un arcén interior de 0,5 metros. Las obras también incluyen el alumbrado de la rotonda con 4 columnas de 10 metros de altura y la fijación de un poste de 11 metros en el centro de la rotonda con aerogenerador, paneles fotovoltaicos y antenas de comunicación.
La alcaldesa bisbalense, Agnès Ferré, ha querido agradecer el trabajo realizado desde la Generalitat de Catalunya y la Diputación de Tarragona para hacer posible la rotonda y ha expuesto que "es importante que la ciudadanía sepa que hemos ido tan rápido como hemos podido pero, cuando los proyectos dependen de varias administraciones, cada institución y departamento debe realizar sus propios informes y gestiones y esto requiere tiempo. Además, como las obras estaban licitadas conjuntamente con las de Vilardida, el hecho de que se tuvieran que realizar excavaciones arqueológicas por un posible hallazgo de la época romana, hizo que se retrasara también la rotonda de La Bisbal". Ferré ha querido remarcar que "a finales de 2015 ya empezamos a trabajar en el convenio para cambiar la titularidad de varias carreteras porque, sin este primer paso, no era posible iniciar ningún trámite para construir la rotonda. Después de realizar una gran cantidad de reuniones y trámites, pudimos conseguir que, en abril de 2017, nos llegara el convenio modificado, que incluía el compromiso de construcción de la nueva rotonda que ahora se ha empezado a construir, una obra muy esperada que supondrá un paso adelante para la movilidad del territorio y para mejorar las comunicaciones entre los diferentes barrios del municipio".
Agnès Ferré ha pedido a los usuarios de la carretera C-51 que tengan paciencia con las posibles afectaciones de tráfico que puedan sufrir durante la construcción de la rotonda y ha explicado que "las empresas que llevarán a cabo las obras son las que se encargarán de señalar a los conductores las posibles paradas y los pasos alternativos". En cuanto al plazo de ejecución, la alcaldesa bisbalense ha comentado que las obras tendrán una duración de unos meses pero que no puede concretar porque aún no ha sido informada respecto a la fecha aproximada de finalización.
La Reivindicación de la conexión entre la carretera T-240 y la carretera C-51
La alcaldesa de La Bisbal del Penedès, Agnès Ferré, ha explicado que el proyecto técnico inicial de la C-51 de El Vendrell a Valls, a su paso por La Bisbal del Penedès, ya preveía un enlace entre las carreteras C-51 y T-240 que aseguraba la unión de Can Gordei, L'Esplai, La Masieta y La Pineda de Santa Cristina con el núcleo, El Priorat, L'Ortigós y El Papagai y, además, permitía tener un acceso más cómodo y rápido a otros municipios, como Masllorenç, Masarbonès o la urbanización La Font del Talló pero, según ha relatado, "este proyecto sufrió una modificación que hizo que no se construyera la rotonda y que perjudicó la movilidad de la ciudadanía y el acceso de los agricultores a sus explotaciones agrarias. Todo ello hizo que varios colectivos, entre los que había Unió de Pagesos, asociaciones vecinales y partidos políticos, manifestaran su rechazo y su malestar hacia este cambio a través de acciones y escritos que hicieron llegar a los responsables de la ejecución del proyecto, pero como que, entonces, no se inició ningún procedimiento para detener la modificación desde el Ayuntamiento, todo siguió su curso y se hizo la C-51 sin la rotonda". Según la alcaldesa bisbalense, esta modificación del proyecto inicial afectó de forma directa a unas 4.000 personas, muchas de las cuales optaron por emplear la solución que dio la administración del proyecto, que consistía en circular por una vía paralela a la C-51, una solución que, según Ferré "perjudicó gravemente la conectividad del territorio y degradó la seguridad de la circulación y, aunque posteriormente el Servicio Territorial de Carreteras ejecutó una mejora en la vía de servicio que consistió en ensanchar la curva de debajo del puente del torrente y disminuir el desnivel existente, estas obras intentaron paliar las dificultades existentes pero no supusieron una solución al problema del enlace".
En 2016 la alcaldesa Agnès Ferré y el resto del equipo de gobierno de entonces iniciaron conversaciones con el Departamento de Territorio y Sostenibilidad con el objetivo de encontrar soluciones al problema del enlace entre la C-51 con la T-240 y la T-2042. Después de reuniones con varios departamentos de la Generalitat de Catalunya y de elevar al Pleno -en junio de 2016-, una moción para reclamar una solución y, posteriormente -en marzo de 2017-, un convenio de colaboración entre administraciones para modificar la titularidad de varios tramos de carreteras con el objetivo de hacer la rotonda, el Ayuntamiento pudo realizar el cambio de titularidad y consiguió que en el convenio modificado constara el texto siguiente "para dar continuidad al tráfico municipal, la Generalitat de Catalunya proyectará y construirá, a su cargo, una rotonda en la C-51 para sustituir y mejorar la actual conexión con la carretera T-240".
En marzo de 2018 el Departamento de Territorio y Sostenibilidad inició la licitación de las obras de construcción de la rotonda a la altura de La Bisbal del Penedès. En la misma licitación se incluían las obras de acondicionamiento de la carretera C-51 a su paso por el núcleo de Vilardida (Alt Camp), que debían comenzar antes que las de La Bisbal del Penedès. Las excavaciones de Vilardida mostraron indicios de que podía haber restos de una villa imperial romana y esto causó un retraso de las obras. Finalmente, los trabajos de excavación y arqueología concluyeron que no había ninguna villa imperial romana sino una necrópolis tardorromana. Una vez finalizados los trabajos relacionados con estos restos, se continuó con las obras previstas.