La todavía presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, ha comparecido este jueves al mediodía para confirmar que no presentará candidatura para repetir en el cargo en la legislatura que arrancará ahora después del 21-D. Forcadell, sin embargo, ha avisado de que "no deja la política" porque seguirá como diputada de Esquerra en la cámara y piensa seguir "trabajando por un país más justo y más libre". En su balance, la republicana ha reivindicado su papel y el de la mayoría soberanista de la Mesa en "no haber cedido a la censura" y haber permitido "que en el Parlamento se pueda hablar siempre de todo". Así, ha dicho que se marcha de la presidencia "orgullosa del trabajo hecho" a pesar de "las dificultades, los errores y la constante judicialización de la política" por parte del Estado español. Del mismo modo, ha lamentado que durante su mandato se hayan "traspasado algunas líneas rojas" en el debate político, y de cara al futuro presidente del Parlamento, ha considerado que debería ser alguien "libre de procesos judiciales" como el que ella tiene en marcha por el proceso soberanista.
"Les anuncio que no me postularé para repetir como presidenta del Parlamento. He cerrado un ciclo al frente de la institución, en una legislatura que ya se preveía corta pero intensa". Con estas palabras, Forcadell ha confirmado que deja el cargo al frente de la Mesa de la cámara, a pocos días de constituirse el nuevo Parlamento y de elegir a su presidente. En su explicación, la hasta ahora presidenta ha comentado que se retira del cargo "orgullosa del trabajo hecho", a pesar de "las dificultades, la judicialización constante de la política por parte del Estado, y los errores. "Creo que hemos hecho una tarea positiva", ha añadido. Es esta "judicialización" y la "incapacidad para el diálogo" que atribuye al gobierno español las que, según Forcadell, han hecho que "el principal reto en la legislatura haya sido garantizar la soberanía del Parlamento, que no haya lugar para la censura". "Y hasta la aplicación del artículo 155 y la disolución de la cámara, creo que lo hemos conseguido. Personalmente, siempre he actuado con la voluntad de defender la iniciativa y los derechos de los diputados. Estoy segura de haber obrado con la responsabilidad propia de mi cargo, y con la idea de que en el Parlamento se puede debatir todo. Antes de aceptar la censura por miedo a represalias, hubiera dimitido", ha sentenciado. En este mismo sentido se ha mostrado "orgullosa" de haber conseguido que "no nos hayamos doblegado". "No hemos cedido a la censura, nos hemos mantenido firmes en nuestras obligaciones, hemos garantizado el debate y el diálogo en el Parlamento", ha añadido satisfecha. Y es que Forcadell ha insistido en que "en un Parlamento se debe poder hablar de todo". "El día que abramos la puerta a la censura, ya no la podremos cerrar, por eso el que esté al frente de la Mesa debe permitir que todos los debates de la calle entren en la cámara", ha dicho. De cara a quien ocupe su lugar en la Mesa del Parlamento en la legislatura que ahora arrancará, Forcadell ha considerado que "el nuevo momento político requiere una nueva figura, libre sobre todo de procesos judiciales", refiriéndose especialmente a los que son similares al que ella tiene abierto a raíz del proceso soberanista. "No sabemos qué iniciativas parlamentarias habrá en esta nueva legislatura, y la persona que esté en la presidencia debe poder defender la soberanía del Parlamento y se debe hablar de todo con respeto a los derechos humanos. Y para hacerlo, entiendo que debe ser una persona que no tenga procesos judiciales, porque facilita las cosas", ha concluido. En su balance de legislatura, Forcadell ha agradecido a todos los diputados el trabajo hecho "en beneficio del país", y ha tenido palabras especialmente amables para los miembros de la Mesa que, como ella, tienen un juicio pendiente por su actuación en la cámara. En este sentido, también ha lamentado que en el Parlamento "en algún momento se ha traspasado alguna línea roja, pero siempre en el tema político, nunca en el tema personal". "Y debe seguir siendo así", ha pedido. Carme Forcadell deja así la presidencia, pero "no la política". "Empiezo un nuevo camino como diputada, con responsabilidades diferentes pero con la misma fuerza y voluntad de servicio público", ha dicho, avisando de que seguirá en el grupo parlamentario de Esquerra. A nivel personal, además, ha dicho que "ha sido un honor presidir el Parlamento del país", y ha avanzado que seguirá "trabajando por un país más justo, más libre y más digno".