Carles Vega, presidente del grupo municipal de ERC-Avancem en la Paeria: "El uso de la lengua catalana no puede ser moneda de cambio, debe ser intocable"
12 de marzo de 2018 a las 12:18h
Estamos a un año y pico de nuevas elecciones municipales. ¿Volverá a encabezar la candidatura republicana? Depende en primer lugar de la militancia, que lo decidirá en las elecciones primarias internas del partido. También lo tengo que acabar de decidir con la familia, porque la vida es complicada y muy cambiante. Cuando sea el momento lo decidiremos, pero mi disposición es la de encabezar la candidatura. Por lo tanto, ¿es pronto para hablar de la campaña? Es demasiado pronto, pero en todo caso podríamos hablar de cómo encaramos el último año de mandato, el cual también servirá para preparar la campaña de ERC o de la coalición que se acabe dando. En 2015 nos presentamos conjuntamente con un partido pequeño surgido de las filas socialistas como es Avancem, y no terminaron de cuajar conversaciones que habíamos tenido en la anterior campaña. La intención es retomar este diálogo e intentar presentar una candidatura lo más amplia posible, independientemente de quién la encabece. Tenemos muy claro que durante lo que resta de mandato queremos ser aún más rigurosos con el control del equipo de gobierno, ya que está demostrado que éste está muy poco abierto al diálogo y a la aceptación real de nuestras propuestas. Muchos de los acuerdos a los que hemos llegado no se han cumplido. Además, vemos cómo a raíz de los últimos acontecimientos, con el caso de transfuguismo, Àngel Ros ya se ha planteado el final de mandato sin intención de buscar los acuerdos, intentando gobernar o, mejor dicho, mandar con este acuerdo estable con C's y con una cierta buena relación con el PP. También se nota que la cosa está calculada, que cuando los populares se abstienen lo hacen asegurándose de que Ros no pierda, y ahora lo tendrán más fácil gracias a la nueva concejala tránsfuga que se ha pasado al equipo de gobierno. ¿Cómo valora la situación actual del Ayuntamiento de Lleida y de la ciudad en general? La ciudad de Lleida es una entidad que ha ido creciendo, desarrollándose y funcionando por ella misma desde el punto de vista de la gestión que se hace desde el Ayuntamiento. Hace tiempo que el equipo de gobierno decidió hacer la política del día a día, de ir haciendo, con un alcalde más dedicado a vender humo, a no hacer de alcalde de ciudad, sino de hacer de experto en marketing. El ayuntamiento debe hacer de ordenador y de piloto para el crecimiento de una población, mientras que, en realidad, sólo se ha limitado a dejar hacer. Esta situación viene dada por la aplicación de una política continuista. Hemos tenido planes de saneamiento y de ajuste económico, y en ambos casos las previsiones eran no actuar y dejar que la propia dinámica de crecimiento, de recaudación y de reordenación del sector financiero ayudara a mejorar la situación económica del Ayuntamiento, pero el resultado ha sido al contrario. En 2012, el plan de saneamiento debía permitir pasar del 75% de deuda al 64%, cuando la deuda en realidad ha aumentado hasta el 108%. La inacción ha llevado a este panorama y dificultará al próximo equipo de gobierno invertir en mejoras en la ciudad. Hasta ahora, Àngel Ros había fiado las grandes actuaciones a la iniciativa privada. Entendemos que éste no es el modelo a seguir, sino que hay que apostar por la gestión, inversión y recursos públicos para el disfrute de la ciudadanía. Ha habido un gran cambio durante esta legislatura, y es que la Paeria ha contado con más grupos municipales que nunca. ¿Cómo valora la incorporación de nuevas agrupaciones? Valoro que la sociedad cada vez es políticamente más plural, pero a la vez, esta pluralidad no ha revertido en una ingobernabilidad, que era la duda que podía haber. Se ha demostrado que desde la oposición, la cual formamos 4 grupos bien diferentes en muchas cuestiones, nos hemos puesto de acuerdo con aspectos esenciales sobre los intereses de los ciudadanos. Para el alcalde hubiera sido mejor una Paeria monocromática, tal como se ha visto en anteriores mandatos. ¿Tienen buena relación? Hay grupos que se hace más difíciles que con otros, pero pienso que todos contamos con la voluntad de dialogar, aunque sabemos que con algunos será muy difícil llegar a acuerdos. Donde se ve de manera más fehaciente es en los plenos, pero en las comisiones a puerta cerrada, la relación es más fluida, posiblemente porque no tenemos el objetivo de comunicar tanto ni a tanta gente. El equipo de gobierno ha querido asegurar la mayoría y cuando no la ha tenido, cuando ha perdido o se le ha impuesto alguna propuesta, ésta no ha salido adelante. En los últimos meses se han vivido episodios polémicos en el consistorio. Por ejemplo, cuando el Pleno de la Paeria rechazó condenar la aplicación del artículo 155, cambiar los nombres franquistas de algunas calles u homenajear a las víctimas del 1 de octubre, así como mostrar rechazo por el encarcelamiento de los "Jordis" y de cargos cesados del Gobierno Está claro que se han constituido dos bloques: el del 155 y, permítame decirlo así, el de la democracia. Esto se ha visualizado en iniciativas de mucha carga política y de otras que no tanto, como serían la retirada de placas franquistas, homenajear a las víctimas del 1 de octubre o la reclamación de rechazar la aplicación del artículo 155. Al final, se está viendo que Ros se siente mucho más cómodo con Ciudadanos y Partido Popular que con cualquier otro grupo. Nos repiten constantemente que no debemos acostumbrarnos a la "situación de excepcionalidad" que vivimos ahora mismo, tanto a nivel político como institucional y social En este sentido, nos encontramos ante un doble peligro. El primero viene cuando se banaliza el hecho de que tenemos gente en la cárcel, cuando se considera que no es tan grave y se afirma que no son presos políticos, sino políticos presos. Este juego de palabras es banalizar la situación. También lo es el hecho de que no hay libertad de expresión, pero sí autocensura, presos políticos y una intervención efectiva de la Generalitat, no sólo en el ámbito de las finanzas, sino en muchos más aspectos. Esto provoca un retraso en el desarrollo de políticas que afecta al municipio de Lleida. El expolio del Museo de Lleida es el caso más palpable, pero vemos también cómo en temas de inversión social, la aplicación del artículo 155 ha retenido muchísimo la llegada de fondos al propio Ayuntamiento. Hay una afectación real del 155 en la Paeria, y esto no se puede banalizar. Es una situación excepcional y lo repetimos porque debemos vivirla y considerarla como tal. Precisamente para no acostumbrarnos a esta situación, es necesario que nos movamos para cambiar este paradigma y adoptar cierta normalidad, la cual ahora es difícil de definir Al menos, intentaremos establecer dinámicas que permitan adoptar una mayor tranquilidad. Ha vuelto a surgir el tema de la lengua en las escuelas catalanas Esto se debe a que la situación social del catalán está muy mal resuelta, a favor de la lengua. En los ámbitos de la educación y la administración, depende de cuál, son los únicos lugares donde el catalán tiene una cierta salud. Sin embargo, en otros campos como los procesos judiciales estamos en torno al 8% de utilización del catalán. Además, algunos partidos tienen entre sus objetivos la preeminencia de la lengua y la cultura castellana, querrán desplazar el catalán y que se acaben "españolizando" los niños y niñas en las escuelas. Si entras en el juego, tal como ha hecho el PSC, estamos entrando en una dinámica muy peligrosa, porque la lengua catalana no puede ser moneda de cambio. Estaríamos avivando desde el ámbito político el conflicto lingüístico y social, y debemos hacer justo lo contrario. Van predicando que están a favor de la escuela catalana y de la normalización lingüística, de hecho lo habían estado, pero después no tienen ningún reparo en dejarse imponer como condición para pactar que el uso de la lengua en el Ayuntamiento de Lleida debe variar. La lengua catalana debe ser intocable. ¿Qué supuso el 1 de octubre? Un punto de inflexión en muchos aspectos, de hecho me remontaría un poco antes. El 1 de octubre fue el punto álgido, pero ya comenzaba con las actuaciones de las fuerzas del Estado a mediados de septiembre, con las ocupaciones de consejerías y empresas privadas dedicadas a impresión y distribución. Cuando comenzó esta persecución fue cuando la sociedad catalana se dio cuenta de que esto había cambiado radicalmente. El Estado terminó de quitarse la máscara, demostrando que es totalmente autoritario y que no se ha superado ni de lejos la rémora histórica del franquismo. También se confirmó que los partidos mayoritarios españoles piensan que España es una idea por encima de la democracia, al contrario que en nuestro país, donde la mayoría de la gente, independentista o no, se plantea que por encima de todo está la democracia, la libertad y la preservación de los derechos civiles. Por lo tanto ha habido un antes y un después, insisto, más que desde el 1 de octubre, desde el planteamiento del referéndum, el cual mostró hasta dónde puede llegar el Estado para intentar conseguir sus propósitos. Primero lo hizo amenazando y durante el referéndum culminó agrediendo y cargando contra la ciudadanía pacífica. En clave nacional, la situación en el Parlamento es tanto complicada como cambiante de un día para otro. ¿Qué considera necesario para deshacer el bloqueo en la investidura de un presidente o presidenta? Es evidente que el bloqueo político dificulta mucho que en un futuro se puedan hacer determinadas políticas. La tardanza a la hora de formar gobierno conlleva retrasar el plan de gobierno, el planteamiento de presupuestos y, por lo tanto, hará perdurar los efectos de la aplicación del 155, aunque éstos se retiren. Hay otra cuestión igual o más importante que ésta, y es que se debe dar respuesta a las expectativas sociales. La gente está pidiendo que nos pongamos de acuerdo, que pongamos manos a la obra y que, de una vez por todas, se forme un gobierno que dé continuidad a lo que se aprobó en el referéndum del 1 de octubre y que quedó pendiente. Es necesario y estoy convencido de que así se llevará a cabo.
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