El Ayuntamiento de Barcelona quiere reorganizar el servicio de ayuda a domicilio en lo que denomina las "supermanzanas sociales". De momento se pondrán en marcha cuatro pruebas piloto en colaboración con las empresas adjudicatarias en La Marina del Port, Vilapiscina i la Torre Llobeta, Sant Antoni y el Poblenou, de forma que grupos autogestionados de una decena de trabajadores se ocuparán de unas cincuenta personas de la misma zona. El objetivo es atender a los usuarios de manera más digna y cercana, pero también mejorar las condiciones laborales del servicio, que ahora mismo son muy precarias. También se pretende impulsar la integración social y sanitaria. Este es el segundo contrato más importante del Ayuntamiento, ya que engloba a 4.000 personas contratadas que dan servicio a 20.000 usuarios, con un gasto medio por persona de 3.153 euros anuales.
Según un estudio elaborado por el mismo consistorio, el 91% de los trabajadores de este servicio son mujeres y el 39% tiene un contrato temporal. El 71% tiene un contrato parcial y el 97% cobra menos de 1.000 euros mensuales netos con 14 pagas. En resumen, el 31% de las trabajadoras se encuentra con un sueldo bajo y un contrato temporal y parcial a la vez. El hecho de gestionar una zona única permitirá, según el Ayuntamiento, realizar jornadas laborales más completas en un entorno más estable. Los equipos estarán autogestionados. La intención de fondo del gobierno es construir "supermanzanas sociales" e integrar también aquí los servicios sanitarios y otros como la teleasistencia, las comidas a domicilio y en compañía o los proyectos 'Radars' o 'Vincles', y más teniendo en cuenta el envejecimiento de la población. La voluntad es desplegar este nuevo modelo por toda la ciudad a partir de 2019.