Ciudadanos ha celebrado este domingo el acto central de la campaña ante unas 4.000 personas en Hospitalet de Llobregat, donde la candidata de Cs, Inés Arrimadas se ha reivindicado como la ''presidenta de la sensatez'' frente a Puigdemont, que ha sido ''el presidente del procés''. ''Hay hambre de cambio'', ha sentenciado Arrimadas, de acabar con el procés, que cree que ''el interruptor'' son los votos a Cs. Arrimadas ha vuelto a pedir máxima participación porque ante un resultado ajustado, la victoria puede depender ''de un puñado de votos''. Arrimadas ha contado con el apoyo del presidente del partido, Albert Rivera, que ha insistido en que el voto a Cs es el único seguro para vencer al nacionalismo y que, si ganan, ''no se levantarán de la mesa'' hasta que no haya un nuevo gobierno ''para todos los catalanes''.
Arrimadas cree que hay ''hambre de dejar atrás el procés y la confrontación'' y por eso, se ha vuelto a reivindicar como la candidata ''de todos los catalanes'' que puede traer ''sensatez'' a la Generalitat, con políticas sociales. Arrimadas quiere que las políticas de los próximos cuatro años se hagan pensando ''en las personas y no en los territorios'' y ha vuelto a insistir en que ''España no nos roba'' ni ''nuestros familiares'' de otras comunidades, sino los políticos corruptos. Por eso, ha pedido el voto de todos los indecisos, de los que no iban a votar habitualmente a las elecciones al Parlamento de Cataluña y de los que, sí que lo hacían, pero optaban ''por el partido de siempre''. La candidata de Cs ha alertado de que los resultados pueden ser muy ajustados y que hay que no arrepentirse ''de un puñado de votos''. La cabeza de lista de Cs también ha reprochado a los miembros del gobierno catalán que ''se han reído'' de la justicia y ha recordado que se hacían ''selfies'' con las resoluciones judiciales. Por eso, Arrimadas ha repetido que es necesario que los políticos no se crean que tienen más privilegios, con un ''carné de inmunidad o impunidad'' que ''la gente de la calle, la gente normal''. También ha reprochado a Puigdemont que se haya marchado a Bruselas, en un momento en que la economía catalana ha empezado a resentirse del procés, con la desinversión y la fuga de empresas, una opción que ''ni los autónomos, ni las familias'' pueden tomar y ha vuelto a cargar la propuesta de indultos de Miquel Iceta. A pesar de la prudencia que ha ido defendiendo durante toda la campaña, Arrimadas ha erigido Cs como el único partido capaz de ganar a Puigdemont, Junqueras y la CUP y ''ganar por primera vez al nacionalismo en las urnas en Cataluña''. ''Estamos a punto de ganar'', ha gritado Arrimadas, que ha recordado que las encuestas insinúan que Cs puede ser la primera fuerza el 21-D. El presidente de Cs, Albert Rivera, ha cerrado el acto más multitudinario que ha hecho el partido naranja a lo largo de toda la campaña. Ha defendido la oportunidad de cambio, apelando a la memoria de los familiares y parientes de otros lugares de España y a la necesidad de seguir siendo catalán, español y europeo, y ha reivindicado que el voto a Cs es el único voto ''seguro'' para combatir el nacionalismo. Se ha dirigido justamente a los posibles votantes del PSC, y ha advertido que ''no saben dónde irá su voto'', porque, para Rivera, si quieren acuerdo entre Cs y PSC, Cs es la única opción ''fiable''. Rivera ha recordado que Cs han hablado claro, y que votando a otros ''se la juegan'' como ya ha pasado otras veces. Para Rivera, Cs es la única garantía de cambio. De cara a un posible gobierno, Rivera cree que ''no sólo vale ganarles en las urnas'' sino que ''no nos valdrá buscar excusas'' porque si se deja sin mayoría a los separatistas, habrá que ''sentarse a la mesa y no levantarnos hasta conseguir un nuevo gobierno para todos los catalanes''. Rivera ha declarado también que ''se ha acabado el miedo y la superioridad moral del nacionalismo'' así como ''pedir perdón por ser catalán, español y europeo'' en Cataluña. Tanto Arrimadas como Rivera han asegurado que ''no se olvidarán'' del ''golpe'' a la democracia que han hecho los separatistas en el Parlamento, donde según la entonces cabeza de la oposición, se silenció una parte importante de los catalanes, y se les ''tapó la boca'' en lo que ha llamado, ''el pleno de la vergüenza''. Rivera ha advertido que ''no nos humillarán nunca más'' como pasó aquel día, y por eso, ha pedido a los que sintieron ''impotencia, tristeza y rabia'' y transformarlo en ''energía en positivo'' y por tanto, un voto para Cs. ''La munición de los demócratas'', ha asegurado Rivera, son los votos y las urnas, y ha vuelto a recalcar que el 21-D cada uno podrá votar sólo una vez y el recuento lo hará la mesa electoral. El acto más masivo de la campaña Ciudadanos ha llenado un pabellón de la Fira de Barcelona, en la Gran Via de L'Hospitalet, donde ha congregado a unas 4.000 personas venidas en autocar de todo el Estado, como ahora, Andalucía, Valencia, Aragón, Castilla-La Mancha o Castilla y León. La organización ha confirmado que han llegado unos 20 autocares, 16 de Cataluña, y que se esperaban unas 7.000 personas. Los más madrugadores han hecho cola en el recinto desde las 10 de la mañana y han podido desayunar en los ''food-truck'' que ocupaban el exterior. Dentro, el partido había organizado diferentes actividades para amenizar el rato de espera de todos los simpatizantes, y por ejemplo, han instalado un photocall con el cartel de la campaña y el que lució el partido el día de inicio, con el mensaje 'España nos roba', u otro en el que los aficionados se podían hacer ''una fotografía con el corazón'', encima del logotipo del partido que después se podía proyectar en otro panel, también en forma de corazón. Los más decididos también han podido escoger, en una tableta gigante, los cinco adjetivos que han definido esta campaña, entre los que destacan 'respeto, libertad, futuro, desarrollo, convivencia o presidenta'. Los seguidores de Cs han podido equiparse con banderas del partido, banderas españolas y senyeras, además de las ya tradicionales mantas y bufandas. Sin embargo, una de las novedades de este acto central de Ciudadanos han sido las camisetas, de color naranja y con un 21 de diciembre como dorsal, en la espalda, y las pulseras luminosas, que han dado color al acto, que ha contado con una actuación de ''chirigotas'', típicas de Cádiz -con un tema dedicado al procés- y acrobacias aéreas que han justificado una puesta en escena espectacular con todos los detalles cuidados. Los asistentes han ovacionado a los líderes de Cs, y han gritado consignas como ''votaremos, votaremos'' o ''sí que se puede'', además de ''presidenta, presidenta''. Tampoco han faltado los ''Viva España'' y ''Visca Catalunya''.
