Antonio García: "El sindicato de inquilinos del Penedès"

13 de febrero de 2019 a las 10:54h

De la misma manera que el eco de las palabras de las asambleas del Comité de Defensa de la Economía impulsaron la huelga de inquilinos que se dieron en la Barcelona en el año 1931, llegaron a los que ahora en este siglo viven de alquiler en la Barcelona actual, haciendo recuperar y creando la necesaria figura del Sindicato de Inquilinos. Su eco y sus reivindicaciones han llegado al Penedès, donde sufrimos esta problemática, porque aquí el aumento de alquiler es un hecho constatado para todo el territorio, fruto entre otros por la especulación de los grandes tenedores que tienen reservado un parque de viviendas vacías, la gran carencia de vivienda social, la escasa preparación de los municipios a hacer frente efectivo a la burbuja del alquiler que se ha creado y mucha gente sufre, por una falta de legislación sólida, en defensa de los inquilinos.

Pero antes de empezar a hablar de la situación de los alquileres, habría que dar una breve pincelada sobre la historia del Sindicato de Inquilinos para entender de dónde venimos; el Sindicato de Inquilinos se remonta a los años treinta del siglo pasado. Una breve mirada al final de la década de los años veinte, nos deja una ciudad de Barcelona llena de obras de todo el país, que vinieron a trabajar para la construcción del Plan Cerdà, las obras de la exposición universal que supusieron la construcción de la plaza España, la fuente de colores, hoteles, y una serie de palacios para albergar la exposición, y el metro aquella etapa empezaba a horadar las calles de la ciudad. Estas obras venidos de todo el país, que trabajaron duro durante la década de los veinte, por salarios de miseria, vivían en barracas o viviendas insalubres de 15 o 30 metros donde había más de una familia. Se encontraron a la entrada de la década de los años treinta, en las colas del paro, debido a que el crack del 29 y al final de las grandes obras de la ciudad. Ante este hecho, el 12 de abril de 1931 el día de las elecciones municipales que impulsarían la proclamación de la II República Española, el sindicato de la Construcción de la CNT liderado por Santiago Bilbao, con un 40% de sus 30.000 afiliados en el paro, va a crear el Comité de Defensa de la Economía, para estudiar el coste de la vida en Barcelona. El primero de Mayo de aquel año con un gobierno Republica, 150.000 personas acudieron a la convocatoria del mitin de la CNT donde llegaron a una serie de acuerdos, siendo el punto quinto una rebaja del 40% de los alquileres, este como el resto de puntos acordados, lo trataron de trasladar, al recién elegido presidente de la Generalitat Francesc Macià, en la sede del gobierno, en la plaza de la República. Los obreros fueron recibidos a tiros y a partir de aquí entre otras medidas, empezar la huelga de inquilinos como elemento de lucha, que fue muy efectiva, dado que el impago del alquiler les dejaba con el dinero que destinaban al alquiler, para poder comer, tanto es así que el consejo que daba a los manifestantes el Comité de Defensa de la Economía era, "Come bien y si no tienes dinero, no pagues el alquiler". Al final encarcelaron a sus líderes y los persiguieron utilizando todos los medios a su alcance, e incluso la recién instaurada II República, hizo servir la ley de defensa de la República, entra otras medidas, declaró al Sindicato una asociación criminal. A partir de 1932 la propia estructura creada en los barrios por el sindicato de la construcción, impulsó la creación de la asociación de inquilinos que siguió luchando con las mismas tácticas y herramientas de la CNT.

Volviendo al presente que nos ocupa y la realidad palmaria que vivimos, visto desde una óptica de bajo penedesenc y conocedor de la realidad de la fisonomía de la Barcelona actual, no tan sólo entiendo la recuperación del Sindicato de Inquilinos como herramienta para defender los intereses de los inquilinos de Barcelona, sino que pienso que es muy necesario ponerse a trabajar en este ámbito desde el Penedès, porque las cifras dejan claro la realidad imperante. Nos encontramos con unos datos que son demoledores, para poner algunas, entre abril y junio de 2018 se desahuciaron en toda Cataluña por impago de alquiler 2589 familias; en la Vegueria Penedès el precio medio del alquiler en 2017 subió 10'4 % con respecto a 2016 y todo apunta a que cuando tengamos las cifras de 2018 esto no haga más que aumentar exponencialmente. Todo esto pasa en una Vegueria, donde los salarios son precarios, donde la gente sufre en primera persona la crisis que sigue instalada en muchos hogares, y donde los grandes tenedores tienen viviendas vacías, mientras que hay familias sin vivienda. Nos encontramos ante la burbuja del alquiler que de forma silenciosa ha estallado en todo el país, sin que los poderes públicos a nivel nacional, ni local hagan nada, y este problema afecta a los más desprotegidos, a gente sin capacidad de obtener recursos para seguir pagando las subidas, a la gente con salarios bajos que o paga el alquiler o come, a la gente mayor que recibe una pensión miserable después de toda una vida trabajando. Y lo que aún es peor, es que nos encontramos con la primera oleada de gente desahuciada, pero habrá de llegar la segunda oleada con que tiene alquiler social de los bancos, propiciado por el más grande de los tenedores, a todo le ponen fecha de finalización.

Por este motivo, yo con otros compañeros y compañeras, he optado por decir basta y luchar, desde todos los ángulos posibles para cambiar las cosas, a través del Sindicato de Inquilinos del Penedès, apoyando y asesorando a los que quieren desahuciar, presentando proyectos y propuestas legislativas en todos los ámbitos de la administración. En definitiva, luchando contra las injusticias que en este aspecto se dan y que requieren de nuestra lucha, con el espíritu de los miembros del sindicato de la construcción de los años treinta que impulsaron la huelga de los inquilinos e inquilinas de Barcelona. Ya para cerrar este artículo, creo que la mejor manera es hacerlo, parafraseando a la Comisión de Defensa de la Economía que en 1931 que le decía a los inquilinos e inquilinas "Come bien y si no tienes dinero, no pagues el alquiler".

Antonio Garcia Leal

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