Un macabro hallazgo de 47 muertos en el lapso de los últimos tres días ha sumido a Kenia en un profundo estupor. La masacre es fruto de una maniobra de una secta, según los investigadores de la policía local, en la que sus seguidores mantenían un "ayuno" para "conocer a Jesús".
Este sábado se exhumaron los primeros 21 cuerpos y ayer se sumaron 26 más, haciendo un total de 47 cadáveres descubiertos por la policía en tres días.

"Hoy (para este domingo) exhumamos 26 cuerpos, lo que eleva el número total a 47", declaró Charles Kamau, jefe de investigaciones criminales del subcomité de Malindi este, precisando que las investigaciones continúan, lo que no descarta que se encuentren más víctimas.
LA INVESTIGACIÓN AUGURA LO PEOR
La semana pasada, las autoridades encontraron los restos de cuatro adeptos de la 'Iglesia Internacional de la Buena Nueva', dirigida por Makenzie Nthenge, que habría instado a sus seguidores a ayunar para "conocer a Jesús".

Los investigadores intervinieron en la zona a raíz de una información que apuntaba a una posible fosa común. Cuando llegaron encontraron varios adeptos que se escondían incluso en el bosque. Una mujer la encontró con los ojos desorbitados y rechazó alimentarse, antes de ser trasladada en una ambulancia.
EL LÍDER, DETENIDO
11 fieles más de entre 17 y 49 años, siete hombres y cuatro mujeres, fueron hospitalizados después de ser localizados en el bosque de Shakahola. El jefe de la secta, Makenzie Nthenge, se entregó a la policía antes de ser detenido. Nthenge inició una huelga de hambre en protesta por el arresto. Según los medios locales, seis seguidores de este líder también fueron detenidos.

En un informe, la policía ha indicado que había sido informada de varias personas "muertas de hambre con el pretexto de conocer a Jesús después de que el sospechoso, Makenzie Nthenge, pastor de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva, les lavara el cerebro".
Según medios locales, Makenzie Nthenge ya había sido detenido e inculpado el mes pasado, después de que dos niños murieron de hambre mientras estaban siendo cuidados por sus padres. Pero pagó una fianza de 100.000 chelines kenianos (unos 670 euros) y fue liberado.