Esta semana ha comenzado una nueva excavación arqueológica promovida por el Ayuntamiento en la zona del castillo de Aitona (Segrià). Los trabajos, liderados por el arqueólogo Isidre Pastor, pretenden evaluar y delimitar la estructura subterránea localizada recientemente en el lugar donde se ubican los restos de la antigua iglesia de Sant Antolí.
Así, las actuaciones arqueológicas se centrarán en documentar y registrar este conjunto y los restos óseos que se puedan preservar con el fin de evaluar las perspectivas que ofrece como posible estructura sepulcral. Hasta ahora, los dos hallazgos más relevantes han sido una lápida de 1626 y un osario, y durante los próximos días se continuará excavando para encontrar nuevos resultados y elementos arqueológicos.
La alcaldesa de Aitona, Rosa Pujol, ha explicado que no es la primera vez que el consistorio promueve una excavación como la actual en el castillo, después de que en 2009 se llevara a cabo otra de la mano de los arqueólogos Marta Monjo e Isidre Pastor. "Esta actuación nos permitirá seguir preservando, dignificando y conociendo con más profundidad el patrimonio histórico tan importante que tenemos en Aitona y en la zona", ha señalado Pujol. Los trabajos prevén la retirada bajo control y el seguimiento arqueológico de los niveles de escombros y vertido de época contemporánea, hasta alcanzar niveles arqueológicos fértiles. En caso de alcanzarse este supuesto, se realizarán todas aquellas actuaciones arqueológicas previas que permitan identificar y definir un programa para la exhumación de los restos antropológicos que se preserven. En paralelo a esta excavación arqueológica, el Ayuntamiento de Aitona también tiene previsto seguir actuando en la zona del castillo para recuperar los accesos. En este sentido, el consistorio cuenta con una subvención de 59.000 euros proveniente del Plan de Fomento de Turismo para la redacción y ejecución de este proyecto. El castillo de Aitona es la fortaleza más importante del Baix Segre y una de las más destacadas de la comarca del Segrià. La estructura data de comienzos del siglo XII, y el castillo se convirtió en un imponente recinto fortificado sobre el cual se ordenó el dominio señorial de la jurisdicción hasta el siglo XVI. Los resultados que hasta ahora han aportado las campañas de excavación arqueológica han permitido localizar vestigios materiales de las principales dependencias que lo conformaban, entre las que destacan el foso defensivo, la rampa original de acceso al recinto soberano o la planta de la iglesia medieval.