La detección de un primer foco de 'Xylella fastidiosa' –la plaga conocida como el ébola del olivo- en la península Ibérica ha puesto en guardia a las administraciones y los agricultores. La consejera de Agricultura, Meritxell Serret, ha anunciado que su Departamento ha redoblado los esfuerzos de control y los requerimientos de seguridad sanitaria, conjuntamente con el sector agrario, después de que se diera a conocer la existencia de un campo de almendros afectado por esta bacteria en la provincia de Alicante, hace una semana. "Podemos certificar que Cataluña está libre de la plaga", ha asegurado Serret, apuntando que Agricultura trabaja también de forma coordinada con la Generalitat Valenciana para contener su expansión. En este sentido, ha recordado la importancia de conseguir mantener los cultivos catalanes libres de este riesgo ante el efecto catastrófico que tendría sobre las rentas agrarias. La 'Xylella fastidiosa', contra la que aún no existe remedio, puede llegar a matar los árboles afectados –olivos, almendros o viña, principalmente, pero también tiene incidencia sobre los cítricos o flores y plantas ornamentales- y provocar cuantiosas pérdidas. Después de ser detectada hacia 2010 en el sur de Italia –donde ha causado auténticos estragos entre las poblaciones de olivos- y a principios de este 2017 en Mallorca, la bacteria –que, posiblemente, se transmite a través de insectos y acaba secando los vasos de la planta- ha acabado aterrizando en el territorio peninsular. Un problema más para el sector agrario que, en este caso, se enfrenta a una de las plagas más amenazadoras para sus árboles jamás conocida. "Nuestra máxima preocupación, el máximo objetivo es que no se propague, que lo podamos acotar y mantener Cataluña libre de 'Xylella'", ha asegurado la consejera Serret desde Amposta. Desde hace meses, el Departamento ha "aumentado las prospecciones y analíticas" para hacer frente a la infección. Pero el círculo se va estrechando y las consecuencias en el caso de su propagación podrían resultar incalculables.
"Es un riesgo importante para los cultivos y todas las rentas que dependen de las producciones de olivo, viña, almendro o flores y plantas ornamentales", ha indicado Serret. De momento, y sobre el terreno, el Departamento extrema la cautela con la exigencia de "rigor en el movimiento de materiales vegetales", el requerimiento de certificaciones para las plantas y una mayor atención sobre la evolución de los árboles, de forma que cuando se detecte algún indicio de anomalía, los agricultores den aviso a los servicios de protección vegetales y los expertos. "Trabajamos conjuntamente con el sector, asumimos la corresponsabilidad de la administración. A todos nos importa que no llegue la plaga", ha cerrado.
Nuevo Campus Empresarial Agrario
Serret ha hecho estas declaraciones desde Amposta, donde ha asistido a la clausura de la 33ª Escuela de Verano de las Escuelas Agrarias del Departamento de Agricultura. Este curso, por los centros dedicados a la formación agraria han pasado más de 13.300 alumnos, de los cuales 822 lo han hecho matriculados en ciclos formativos. La consejera ha avanzado que, de cara al curso que viene, se pondrá en funcionamiento el Campus Empresarial Agrario, un proyecto formativo en red que quiere conectar, de forma presencial o a distancia, las catorce escuelas de Cataluña dentro de la dinámica de "trabajo en red" para "facilitar e integrar la formación empresarial de los profesionales de ahora y el futuro".
Entre las novedades del próximo curso 2017-2018, en el caso de la Escuela de Capacitación Agraria de Amposta, también figura la conversión del ciclo formativo de grado medio de floristería y jardinería, que a partir de ahora pasará a ser de producción agroecológica, un cambio que se efectúa a petición del mismo sector agrario ante la creciente demanda por este tipo de producciones más sostenibles.