Un albañil, Leonardo Jiménez, de 28 años asesinó a su pareja, Jésica García, de 26 años, que trabajaba como policía, después de dispararle con su arma reglamentaria. Después, el asesino se suicidó delante del hijo que tenían entre ambos, de solo 7 años.
El hecho ocurrió la madrugada del lunes al martes en su domicilio conyugal, en Bella Vista (Argentina) donde convivían ambos con el hijo de 7 años. Según fuentes policiales, la pareja comenzó una discusión y Giménez cogió el arma reglamentaria de la mujer, una pistola calibre 9 milímetros, y le disparó en la cabeza.
Después se abrazó al cuerpo sin vida de su mujer y se suicidó. Horas más tarde, su hijo avisó a su tía materna para que llamara a emergencias. El pequeño fue el único testigo del crimen y fue quien lo explicó a la policía.
“A mi mamá la mató mi papá”, dijo el pequeño a la policía, cuando llegaron a la vivienda. El niño había pasado varias horas con los cuerpos en la casa que alquilaban desde hacía un año y medio.
PASTEL PREMONITORIO
El dueño de la casa, que vive en la propiedad contigua, explicó que nunca había oído gritos o discusiones. Sin embargo, la hermana de la víctima explicó que la pareja estaba en proceso de separación y que Jésica había sufrido violencia de género y amenazas.
Pocos meses atrás, cuando la joven cumplió años, el hombre le regaló un macabro pastel de aniversario: “Te quiero mucho, pero a veces me dan ganas de…”, decía el mensaje, con el dibujo de un personaje estrangulando a otro.
La situación llamó la atención de familiares y amigos, pero nunca habrían podido pensar en un desenlace tan literal y trágico. El crimen quedó a cargo del fiscal Ezequiel Hermelo.