La fiscalía pide 9 años de prisión para el propietario de una joyería de Tàrrega acusado de simular un atraco en el establecimiento para poder cobrar del seguro y saldar de esta manera las deudas que acumulaba entre créditos hipotecarios, préstamos y líneas de crédito concedidas. Según el ministerio fiscal, aprovechando que otra joyería de la misma localidad había sufrido un atraco por parte de dos hombres de origen sudamericano, "el acusado habría orquestado, en connivencia con otras personas que no han sido identificadas, un ataque de las mismas características a su joyería". Así, el 27 de diciembre de 2011 dos personas no identificadas con la cara tapada con gorros y bufandas y con acento sudamericano entraron en el establecimiento con un objeto que parecía un arma de fuego, atando a la empleada que había en aquel momento, y posteriormente al mismo acusado y a otro hombre. Según la denuncia del acusado, los supuestos ladrones se habrían apropiado de varios relojes y joyas valorados en 203.942 euros, además de diamantes valorados en 218.370 euros. En mayo de 2012 el propietario del establecimiento cobró de la aseguradora la cantidad de 351.560,88 euros.
El acusado, siendo propietario de una joyería y socio de otra empresa, en noviembre de 2011 pasaba por dificultades económicas ya que tenía una deuda acumulada entre créditos hipotecarios, préstamos y líneas de crédito concedidas de 232.913,16 euros. Así, según la fiscalía, el hombre, de 55 años y vecino de Guissona (Segarra), "ideó un plan para cobrar el dinero del seguro" que tenía contratado con la compañía Generali Seguros para casos de robos y atracos. El acusado concertó en diciembre de 2010 con la compañía Generali Seguros un seguro ante un caso de atraco en la joyería que regentaba, que le cubría 500.000 euros en existencias durante las horas de apertura al público, y 100.000 euros de transporte de muestrario si lo transportaba él mismo o un trabajador suyo. En octubre de 2011, ante los problemas de impago de las cuotas del seguro, renovó la póliza por dos meses, incluyendo como asegurado a otro hombre, hasta una cuantía máxima de 50.000 euros, por el muestrario que pudiera transportar este. El 28 de noviembre de 2011 denunció en la comisaría de los Mossos d'Esquadra del barrio de Gràcia de Barcelona que había sido víctima de un robo, ya que supuestamente dos motoristas le habían arrancado el maletín que llevaba encima con diamantes valorados en 168.864 euros, que se encontraban en situación condicional en la empresa pero que pertenecían a un marchante de diamantes residente en Tel-Aviv. Después de la denuncia, el acusado contactó con el corredor de seguros, que le comunicó que la compañía no le indemnizaría por aquel asalto. El 23 de noviembre de 2011 el acusado renovó nuevamente la póliza del seguro por un año más, aumentando a 600.000 euros el importe asegurado por existencias de joyería en las horas de apertura al público, y a 100.000 euros por transporte de maletín con muestrario, rebajando el importe asegurado a 30.000 euros. De esta manera y según la fiscalía, "con ánimo de enriquecimiento injusto", en diciembre de 2011 y "aprovechando que otra joyería de la misma localidad había sufrido un atraco por parte de dos hombres sudamericanos, el acusado orquestró, en connivencia con otras personas que no han sido identificadas, un ataque de las mismas características a su joyería". El 27 de diciembre de 2011 dos personas no identificadas con la cara tapada con gorros y bufandas entraron a las 10.15 horas con un objeto que parecía un arma de fuego en la joyería de Tàrrega, atando a la dependienta que en aquel momento se encontraba sola en el establecimiento y exigiéndole que entregara las llaves de las vitrinas donde se exponían las joyas y relojes. Los asaltantes le tomaron el teléfono móvil y se dirigieron a ella con acento sudamericano, advirtiéndola que no le harían daño y dejándola tumbada en la trastienda. A los pocos minutos entró el acusado, al cual los atracadores no dijeron nada, aunque lo ataron de las manos y lo dejaron en el suelo de la joyería, en un lugar donde la dependienta no podía verlo. No le sustrajeron el teléfono móvil y, según él, le tomaron 10.000 euros que llevaba encima y que no había podido ingresar en el banco, además de un reloj Rolex Daytona valorado en 6.739,99 euros. Según más tarde entró en la tienda otro hombre a quien los asaltantes dijeron '¿tú qué haces aquí?', atándolo de pies y manos y dejándolo al lado del acusado. Según el escrito de la fiscalía, los asaltantes en un momento determinado se gritaron uno al otro "three minute, lest's go" y se apropiaron de varios relojes y joyas valorados en 203.942 euros, según la relación de objetos sustraídos que hizo el acusado, más diamantes valorados en 218.370 euros que se encontraban en la joyería en situación condicional. El acusado cobró por parte de Generali Seguros la cantidad total de 351.560,88 euros en mayo de 2012, "liquidando con aquella cantidad los préstamos y créditos bancarios que tenía con diferentes entidades" y "quedando en una situación económica compensada". "En ningún caso pagó a los proveedores de los diamantes la cantidad de 218.370 euros, ni tampoco repuso stock para proseguir con el negocio de joyas, siendo que la joyería se ha mantenido operativa hasta la actualidad", remarca el ministerio fiscal. Ante los hechos, la fiscalía solicita para el acusado 5 años de prisión por el delito de estafa en concurso ideal con el delito de simulación de delito, además de su inhabilitación especial por el mismo tiempo para el ejercicio de la profesión comercial de joyas y objetos preciosos. También le pide una pena de 4 años de prisión por el delito de robo con violencia. Asimismo, el ministerio fiscal solicita que el acusado y subsidiariamente la empresa indemnicen a Generali Seguros con 351,560,88 euros, más los intereses correspondientes. También pide que indemnicen a la empleada y al hombre que sufrieron el atraco, con 1.000 euros para cada uno, por los daños morales que hubieran podido sufrir a causa de la situación de estrés producida por la simulación del delito.