Más de 200 personas se dieron cita un año más, en la Cena Colegial organizada por el Colegio de Graduados Sociales de Tarragona. El acto, que tuvo lugar ayer por la noche, logró reunir como es habitual, un buen número de graduados sociales, autoridades, agentes sociales y económicos, miembros de otros colegios profesionales y representantes de entidades colaboradoras. Este año el lema escogido fue 'El Colegio nos da fuerza', una idea sobre la que giró esta cena que se ha convertido en un importante punto de encuentro para el sector y que desde hace años, se celebra con un doble objetivo. Por un lado, el de felicitar las fiestas de Navidad a todos los asistentes y por otro, el de entregar entre los miembros del Colegio, diferentes distinciones para reconocerles la tarea desarrollada y su trayectoria en esta institución.
Entre los reconocimientos que se realizan en el marco de esta cena, también es habitual que se haga entrega de una Medalla a los Servicios Distinguidos, en la categoría de Oro, a alguna persona que mantenga una buena vinculación con el Colegio de Graduados Sociales de Tarragona. Este año, esta distinción ha recaído en el Magistrado del Juzgado de lo Social núm. 3 de Tarragona, Francisco Javier Sánchez Icart. El magistrado recibió este reconocimiento por su participación activa en los actos institucionales y las actividades formativas organizadas por el Colegio. En este sentido, Sánchez Icart se mostró: "honrado, orgulloso y emocionado al recibir la máxima distinción colegial" ya que, según afirmó, "esta medalla tiene una importancia singular", dado que "mantengo desde hace más de 30 años una vinculación con la profesión de los graduados sociales, que han ido ganando prestigio e importancia con el paso de los años y que, hoy, son los profesionales del Derecho más cercanos al usuario final, que son los ciudadanos".
Además, Sánchez Icart defendió la figura de los colegios profesionales, ya que "una vez finalizados los estudios en la Universidad, los colegios profesionales son el espacio idóneo para continuar renovando y ampliando la formación profesional que, en el caso de los graduados sociales, es esencial porque deben estar al día de las últimas novedades legislativas".
Una vez entregadas todas las distinciones, Anna Maria Asamà, presidenta del Colegio de Graduados Sociales de Tarragona, cerró el acto. Durante su discurso, la presidenta destacó la importancia de la tarea que desarrolla la institución de cara a sus colegiados. En este sentido, destacó que "son tiempos difíciles, y es cuando más necesitamos estar codo a codo con los nuestros. El Colegio no puede ser sólo una estructura administrativa que resuelva procesos formales. El Colegio debe ser el punto de apoyo en el que encontremos apoyo cada uno de los colegiados. Debe ser un punto de encuentro y un lugar de debate. Debe ser también un foco de formación".
Además de reivindicar el papel del Colegio como instrumento de debate y formación, Asamà aprovechó para destacar la importancia de que los Graduados Sociales dispongan, no sólo de la complicidad del Colegio, sino también de los profesionales y compañeros que trabajan en los despachos. En este sentido añadió: "Lo peor es tener la sensación de que caminamos solos y esto, nunca puede pasarle a un graduado social. ¿Quién puede dar más apoyo a un graduado social que otro graduado social? Es en este punto donde está el Colegio como nexo de unión. Estamos juntos y debemos estar unidos. Aquí se encuentra nuestra fuerza. La otra parte la aportamos cada uno de nosotros con nuestra profesionalidad y el trabajo de nuestros equipos humanos, estos colaboradores con los que día a día, compartimos trabajo".
Con este parlamento, se puso el punto y final a esta nueva edición de la cena anual del Colegio de Graduados Sociales, en la que también participaron el presidente del Consejo Comarcal del Tarragonès, Daniel Cid; la Magistrada de la Sala IV de lo Social del Tribunal Supremo, Rosa M. Virolés; y el Secretario General de la Presidencia, Joaquim Nin, entre otros.
