Una familia vivió una escena desconcertante cuando velaban a una niña recién nacida. El tío de la menor se acercó al pequeño ataúd para despedirse de él y se dio cuenta de que la niña había “resucitado”.
Pasó el domingo pasado, 14 de abril, en Ciudad del Este (Paraguay): la madre de la niña había tenido un embarazo complicado y en el séptimo mes de gestación la pequeña nació por cesárea.
La criatura, bastante prematura, fue puesta en una incubadora, pero no salió adelante; los profesionales médicos la declararon muerta. La noticia golpeó fuertemente a la familia que dispuso los preparativos para el funeral.
El velatorio de la septuagésima, en el domicilio familiar, transcurrió entre llantos y lamentos y, cuando se acercaba la hora de trasladar el cuerpo al cementerio, el tío de la menuda, Ramón Medina, se acercó al ataúd y se dio cuenta de que el bebé respiraba y movía los brazos.
Ante esto, el resto de los familiares se acercó a verla e, incrédulos, pero llenos de joya, pudieron comprobar que la niña estaba viva. “La vimos en el hospital regional, donde nada más llegar ya empezó a llorar. Los médicos nos dijeron que había sido un espejismo”, explicó Medina.
El director del hospital Regional de Ciudad del Este, Federico Schrodel, declaró a los medios locales que la niña podría haber sido declarada muerta por un presunto caso de catalepsia.
Se trata de una enfermedad donde el paciente aparenta estar sin signos vitales. Por su rareza, un caso de este tipo se da por cada cinco millones de nacimientos.
