Lo ha hecho con motivo de la reunión de la Comisión de Seguimiento Ambiental de las obras del aeropuerto de Barcelona (CSAAB).
Para Bahía, garantizar para siempre la operativa actual “es crucial para que la infraestructura no vuelva a ser un desperdicio, ni ahora ni nunca para los vecinos y vecinas de Gavà”.
La reunión de la CSAAB coincide con un momento en el que el aeropuerto Josep Tarradellas ha superado la cifra de operativas prepandemia y se alerta de que pronto llegará al máximo de su capacidad de vuelos intercontinentales. Una situación que ha reabierto el debate sobre su futura ampliación, que se concretará en el marco de una comisión bilateral técnica entre el Gobierno español y la Generalitat que deberá presentar sus propuestas antes de que acabe el año.
Ante ello, la alcaldesa reclama un compromiso firme y por escrito de los gestores del aeropuerto, así como que la línea roja de Gavà se tenga en cuenta allí donde se planifique o debata el futuro del aeropuerto barcelonés. De ahí que haya pedido que Gavà esté presente en todos los foros. “Hay que escuchar y tener en cuenta la voz del territorio. No sólo así se podrá garantizar un aeropuerto competitivo y a la vez compatible con la calidad de vida de la ciudadanía de su entorno”, ha afirmado.
Gemma Badia también ha trasladado a la CSAAB la necesidad de optimizar el funcionamiento del giro al mar y de la operativa de despegues, así como unos informes más cuidadosos del impacto acústico de los aviones sobre el barrio marítimo: “los datos son una media del ruido que ocasionan las aeronaves, pero no miden lo suficientemente bien situaciones concretas, como el paso de aviones pesados o aeronaves que no viran a mar, ni actualmente disponen del sistema de medición más adecuado en la zona habitada más afectada”.