Renfe comenzará a mediados de esta semana las obras de adaptación del vestíbulo de la estación de Sant Vicenç de Calders, con el objetivo de mejorar la comodidad de los viajeros. Esta actuación se llevará a cabo mientras se realizan las obras en el túnel de Roda de Berà, lo que convierte esta estación en el punto nodal principal del plan alternativo de transporte de Renfe durante aproximadamente cinco meses.
Las obras consistirán principalmente en desmontar los controles de acceso actuales, que han sido identificados como una barrera física para gestionar de manera ordenada la afluencia de usuarios. Además, las máquinas validadoras serán trasladadas al exterior del vestíbulo, creando así un espacio más diáfano dentro del edificio de viajeros. Esta mejora facilitará que los viajeros esperen los autobuses en interior, en caso de condiciones meteorológicas desfavorables.
Renfe ha destacado que con esta medida se busca aumentar el confort de los usuarios durante los tiempos de espera y mejorar su experiencia en la estación. Además, la empresa se compromete a continuar analizando nuevas iniciativas que puedan contribuir a una operativa más eficiente durante la duración de las obras.