El incendio de Secomsa en Solivella ya hace un año que quema

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El incendio que se originó en la planta de Secomsa en Solivella (Baix Camp) en abril de 2023 continúa combustionando de forma “interna y lenta” un año después. Los bomberos han confirmado a la ACN que se tomó la decisión de dejarlo quemar, ya que su extinción “no era viable por el elevadísimo volumen de sólidos en combustión” y porque se requería una cantidad “desproporcionada” de agua.

El grupo ecologista Gepec ha lamentado que se haya normalizado una situación “resultado de una mala gestión de los residuos”, ya que la planta concentra “grandes” volúmenes de pilas que impiden que se delimite la zona en caso de autocombustión. Unos argumentos que desmiente la empresa gestora, Secomsa, asegurando que las pilas están “suficientemente” separadas.

El presidente del Gepec, Xavi Jiménez, ha denunciado que “no es normal que un incendio esté quemando durante un año” y “sin capacidad de poder extinguirlo”. Para Jiménez, lo que pasó es el reflejo de una gestión “preocupante” de los residuos, ya que considera que la planta tiene “grandes” volúmenes de materia orgánica que no permiten que se delimite la zona en caso de incendio.

Ha atribuido estas pilas “voluminosas” a la baja calidad del compuesto. Según ha detallado, los restos llegan a la planta con muchos impropios -sobre todo plásticos-, ya que “de origen no seleccionamos bien la materia orgánica”, y “esto hace que se produzca un compostaje de baja calidad y con poca salida comercial”. “Los campesinos ya no van a buscar compostaje en Secomsa, porque nadie quiere llenar sus fincas de plásticos”, ha afirmado.

Por este motivo, considera que “este incendio nos debe hacer reflexionar sobre la cadena de reciclaje que tenemos“. En este sentido, ha defendido sistemas como el puerta a puerta que, a su juicio, “garantizan una recogida de calidad de los diferentes residuos”.

Secomsa contradice Gepec

Por su parte, el responsable corporativo de Secomsa, Gustavo Biada, ha asegurado que la planta separa todos los impropios con los que llegan los residuos y que, por lo tanto, el compostaje es de buena calidad. El responsable de la sociedad gestora de la planta, creada con capital público por el Consell Comarcal del Baix Camp, ha desmentido que las instalaciones concentren grandes volúmenes de materia orgánica y ha añadido que las pilas están “suficientemente” separadas y protegidas con cortafuegos. Una delimitación de los residuos que la ACN no ha podido comprobar, ya que la empresa ha prohibido al medio acceder a ellos.

Por otro lado, Biada ha subrayado que la materia orgánica “no tiene nada que ver con el incendio del 14 de abril de 2023”, donde, según ha asegurado, “solo quemaron restos vegetales”. Además, ha puntualizado que “la orgánica es imposible que se incendie en esta planta”, gracias a los procesos a los que se somete.

En cuanto al incendio, Biada ha recordado que aún no se ha podido determinar cómo se originó. Sin embargo, ha defendido que las pilas estaban “a unas distancias determinadas” y que fue el fuerte viento de la jornada el causante de que el fuego saltara hacia otras zonas. En cualquier caso, ha puntualizado que “el incendio quedó restringido al área donde había fracción vegetal” y que “no afectó a ningún lugar más de la planta”.

El incendio en Secomsa

Durante la madrugada del 14 de abril de 2023 se inició un incendio en las instalaciones de Secomsa en Solivella (Baix Camp) que, en un primer momento, afectaba a unas pilas de restos vegetales -principalmente poda de jardinería- depositadas en el exterior. Aunque por la tarde se dio el incendio para estabilizar, la llegada de fuerte viento de componente noroeste hizo que el fuego saltara a otras pilas con restos de poda, pero también a zonas con rechazo y compostaje. Según los Bomberos, el incendio en estos últimos espacios se dio por extinguido al día siguiente.

Sin embargo, el 15 de abril continuaban quemando 28.500 metros cúbicos de restos vegetales en una superficie aproximada de una hectárea, haciendo que fuera “inviable” su extinción por el gran volumen de material que había. “Este incendio se dejó quemar, para que la misma combustión fuera reduciendo el volumen”, han argumentado los Bomberos, que han subrayado que “la extinción con agua no era viable por el elevadísimo volumen de sólidos en combustión”.

Ante ello, el jefe de intervención del cuerpo dio indicaciones a los responsables de la empresa sobre el conjunto de actuaciones que debían llevar a cabo, para que la combustión se mantuviera controlada. De hecho, durante el último año, el cuerpo ha ido haciendo inspecciones en las pilas de manera periódica para comprobar que el proceso seguía en las condiciones previstas.

Actualmente, quedan a la espera de que el volumen en combustión se reduzca y las condiciones meteorológicas sean favorables para poder proceder a su extinción. Desde el cuerpo no se descartan volver a remover los restos en las próximas semanas para evaluar su estado y poder apagarlo definitivamente.

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