Muchas dudas en la guardería Maria Dolors Medina de Cambrils. Hace unos días, una información de la Revista Cambrils destapaba el malestar de los padres de algunos niños, tras conocer que una de las educadoras estaba señalada por presuntos “malos tratos” y que su caso estaba plegado de sombras y preguntas sin respuesta. Para rematarlo, el actual concejal de Educación, Jordi Barberà, afirmaba en el mismo artículo que hubo una “dilación voluntaria” por parte de la anterior alcaldía a la hora de abordar el problema.
Según ha podido confirmar La Ciudad, el caso le llega al actual concejal poco después de tomar posesión. Le informan que una educadora de la guardería María Dolores Medina debía incorporarse después de una baja laboral de larga duración, pero había algo más. También le explican que sus compañeras habían denunciado presuntos “malos tratos” y “malas praxis” a los Mossos y que estas denuncias también habían llegado al equipo directivo, a Ingesol -empresa que gestiona las guarderías- y en última instancia al Ayuntamiento. Sin embargo, no se había tomado ninguna medida disciplinaria y los padres no sabían nada.
“La Ley de Educación señala que ante cualquier sospecha de mala praxis o de trato inadecuado lo que se debe hacer en seguida es separar a la persona del contacto directo con las criaturas e informar a las familias. La cadena de información funcionó, pero no sé por qué desde personal, alcaldía o quien fuera no se aplicó la ley“, destaca Barberá.
El Protocolo de prevención, detección, notificación, derivación y coordinación de las situaciones de maltrato infantil y adolescente en el ámbito educativo de la Generalitat estipula que se debe comunicar el caso a las familias y apartar cautelarmente a la profesora. Aparte de investigar también el tema. Con todo, al tratarse de una guardería municipal, lo ideal sería regirse por un protocolo municipal, que no existía hasta que se creó en 2024 y que se basa en este mismo protocolo de la Generalitat. En todo caso, el protocolo autonómico no se aplicó.
Querella y expediente disciplinario
Una vez conoce los hechos, el actual concejal afirma que él sí aplica el protocolo, abre un expediente disciplinario a la educadora e indaga más sobre el caso. El expediente, sin embargo, no puede ir más allá de hechos ocurridos en los últimos dos años. Únicamente tienen pruebas por malas praxis como retrasos, ausencias y alguna acción aislada, suficientes sólo para una falta disciplinaria a nivel laboral de 40 días. La sanción no convence al resto de educadoras, que se muestran “preocupadas porque vuelva”. Ellas insisten en que “aunque los Mossos hubieran archivado su denuncia, había razones para que hubiera cometido algún tipo de delito“.
Entonces, el Ayuntamiento apuesta por una querella para trasladarlo al ámbito penal, pero el juez decide no instruir las diligencias amparándose en que los Mossos no habían decidido investigar el tema. “Cuando llego al gobierno agoto todas las vías posibles para saber si esto es cierto, ya que había muchas denuncias. Esta educadora continúa ahora de baja, pero tanto la vía disciplinaria como la penal está agotada. No podemos hacer nada más”, recalca el regidor. Aparte de eso, el 12 de marzo barberá se reunió con los padres del centro, que critican la poca concreción en las informaciones. “La pregunta es ¿por qué no se hizo nada antes? Es una respuesta que no le puedo dar ni al juez ni a los padres”, afirma.
¿Malos tratos o malas praxis?
Otra cuestión que parece no quedar clara es de qué se le acusa concretamente. ¿Malas praxis? ¿Cuáles exactamente? ¿Malos tratos? Barberá señala que a nivel disciplinario únicamente se pudieron comprobar malas praxis laborales. Pese a todo, “con la denuncia a los Mossos y la querella no hablamos sólo de malas praxis por inacción, sino de cuestiones constitutivas de un maltrato a la infancia. Sin embargo, no hablamos de un maltrato altamente violento ni de abusos sexuales”, menciona.
Según ha podido conocer posteriormente La Ciudad, las presuntas conductas son de varios grados de intensidad. Desde introducir los alimentos bruscamente a los niños o no dejar dormir a los bebés a media mañana hasta estirar los pelos a una de ellas, dejar encerrado a un niño en una habitación a oscuras mientras lloraba o llamarle “fea” a una de las menores a su cargo. Además, otros documentos señalan cuestiones como “desatender” a los niños o faltas disciplinarias y falta de seguimiento de los acuerdos metodológicos del centro.
¿Qué hizo el anterior gobierno?
Las dudas se trasladan también sobre cómo se gestionó este tema el anterior mandato. Nos remontamos a 2021, cuando alertan a la directora de la guardería de “conductas inapropiadas” de esta educadora con los niños. En su proceso de investigación, descubre que la trabajadora ya había sido avisada anteriormente y que, en principio, el tema parecía cerrado. Evidentemente, el conflicto continuaba presente y la dirección elevó el tema a Ingesol (empresa que gestiona las guarderías en Cambrils) y a los servicios técnicos del Ayuntamiento. Sin embargo, la misma dirección establece un plan de intervención para el inicio de curso 2021/22, con el objetivo de dar una última oportunidad a la trabajadora antes de aplicar medidas más contundentes.
A pesar de todo, la tendencia no cambia y en mayo de 2022 consideran que no se le puede dar una tercera oportunidad. Tal como ha podido saber La Ciudad, en junio de 2022 se hace llegar al Consejo de Administración de Ingesol un escrito donde señalan actitudes “poco éticas y poco respetuosas” de esta trabajadora, poniendo algunos ejemplos. Además, recalcan que es una forma de actuar sistemática. La información llega a la cúpula de Ingesol, presidida por Oliver Klein.
Aunque los hechos llegaron a todos los niveles administrativos, no se tomó ninguna medida sancionadora contundente, más allá de una amonestación verbal. Finalmente, ante la reincidencia de la educadora, son las propias trabajadoras y la directora quienes van a los Mossos a denunciarlo. Las acusaciones no prosperan y la policía autonómica declinó investigar el caso. La querella que posteriormente presenta el nuevo gobierno sigue el mismo camino.
Acusaciones de desentenderse del caso
Jordi Barberà es claro y apunta que algo falló en las instancias políticas durante el anterior mandato, concretamente con el presidente de Ingesol y alcalde Oliver Klein. El regidor subraya que a nivel técnico se hizo todo el trabajo correctamente y traslada las dudas a la acción política. “Hay conocimiento de la denuncia a los Mossos, pero no sé por qué no se hizo nada. En ninguna comento se realizó ningún expediente disciplinario, ni se denunció en sede judicial, ni se apartó a la persona y tampoco se avisó a las familias”. Barberá avisa de que alcaldía tuvo el conflicto sobre la mesa, pero “se desentendió del tema y dejó que cayera por su propio peso sin tener una actitud activa”.
El alcalde de entonces, Oliver Klein, defiende no tener demasiado conocimiento de la situación. “Se trató, pero lo que se instruyó no llegó a abrirse”, destaca. “El alcalde está arriba, se da cuenta de todo un poco, pero no me dedico a las trabajadoras de las guarderías”, menciona. Además, pone el foco en el apartado técnico: “Había los mismos técnicos entonces que ahora. En ese momento quizás no se terminó de tomar la decisión por una cuestión técnica, nada político“. Por otro lado, Klein cree que “se hizo lo que se tenía que hacer” y no da importancia a lo que llama “insinuaciones”.
Indignación entre las familias
Los padres y madres consultados afirman que no se les informó en ningún momento, hasta que en marzo de este año se dio el aviso de alarma. En declaraciones a este medio, son críticos con el hecho de que se tuviera constancia de estas actitudes y se ocultaran a las familias: “creo que no se han hecho. om a padres, cuando a mi hijo le pasa algo, lo que se tiene que hacer es informar a las familias. Es lo que dice el protocolo”.
Este sentimiento de indignación, sin embargo, no se dirige sólo a la opacidad en el anterior mandato, sino también a la falta de comunicación en el mismo. “En la reunión con el concejal del 12 de marzo no nos dijeron nada y nos dejaron con un mal en el cuerpo. Lo he pasado fatal como madre, hay mucha desinformación. Hemos preguntado reiteradamente y todavía estamos con la incertidumbre. De hecho, vamos a enviar un mail para saber cómo estaba todo y todavía no tenemos respuesta”. Unas declaraciones en la línea de lo que ya decían otras familias en la Revista Cambrils. Sin embargo, cuando hacen consultas al respecto dentro de la guardería siempre los derivan al Ayuntamiento sin ofrecer respuestas. Sobre las acusaciones cruzadas, piden que se esclarezca si realmente ha pasado algo y saber por qué no se aplicó el protocolo.