Una vecina de Manresa ha podido recuperar las cenizas de su padre, que murió en el exilio en Francia tras la Guerra Civil Española. El Rosario vio por última vez a su padre cuando ella tenía 10 años, y ahora, 78 años después, puede despedirse de él.
Según explica la Agencia Catalana de Noticias (ACN), Pedro Pérez fue Comandante del ejército republicano y tuvo que exiliarse de Manresa, marchando a vivir a Francia y dejando a su hija Rosario en Cataluña.
Ella tenía 10 años y no lo volvió a ver nunca más, ya que el hombre murió en Francia en 1954, aún bajo la dictadura franquista en nuestro país. Muchos años después, la asociación Memoria e Historia de Manresa encontró documentación sobre la muerte de Pedro en Pamiers, en Francia, y su nieta no se lo pensó y viajó al país vecino.
“Vamos a encontrar su tumba escondida entre heures”, explica la Rosario, que añade que exhumaron e incineraron los restos y los pudieron llevar a Manresa, donde ahora descansan en su casa: “Ya puedo morir tranquila, lo tengo todo“.
El Rosario ha guardado los restos de su padre en una urna en la habitación, junto a algunas fotografías y recuerdos. Según explica, cada día se sentará a su lado y le habla: “Le explico que estoy bien, que ya estamos juntos. Le pido cómo está, le queda y miro tenerlo lo más arreglado que puedo. Y siempre le dejo la puerta de la habitación abierta para que me vea pasar”.
Memoria e Historia de Manresa
El presidente de Memoria e Historia de Manresa, Joaquim Aloy, explica que conoció la historia de la Rosario por casualidad, cuando su hija, que es médico forense, fue a hacerle una consulta por otro caso. La Dolores le explicó la historia de su abuelo, muerto en el exilio, y él se puso a buscar sin decir nada a la familia.
Cuando encontró la documentación, la entregó a la familia y la Dolores y su pareja viajaron a Pamiers para ver si encontraban algo: “Tenía una foto de la tumba con una lápida y con esa foto íbamos mirando al cementerio”.
En el Registro Civil les entregaron el acta de deceso de su abuelo y un mapa con el punto donde estaba enterrado: “Habíamos pasado muchas veces por delante de la lápida, pero no la habíamos visto porque estaba tapada de huevo. Con las manos y las tensas lo vamos a sacar todo y vamos a encontrar su nombre. Llamé a la madre y le dije: estoy ante la tumba de tu padre, y ella no pudo parar de llorar”.
“Sabe muy grave porque buscando en el cementerio vamos a ver un montón de nombres catalanes y españoles. Allí hay una parte de nuestra historia y debe haber mucha gente en nuestra situación”, lamenta la Dolores.
De hecho, Memoria e Historia de Manresa trabaja precisamente por este motivo: recuperar nombres y apellidos. “Para nosotros es muy importante identificar y poner nombres a las cifras porque las cifras a veces no nos acaban de hablar de la dimensión humana que conlleva”, lamenta Aloy.
En Manresa, la guerra y la dictadura franquista causaron más de 750 muertos: “Es una cifra elevadísima, pero cada número es una persona y una familia detrás”, añade.
Según explica dolores, el regreso de su abuelo “es una deuda con la historia”. “Era mi abuelo y como él hubo muchos que lucharon en la frente. Tiene un lugar en la historia y vale la pena ponerlo donde corresponde”, explica.