La primera fase del derribo del Mercado Municipal de Vic ha comenzado este martes con trabajos manuales de vaciado. Hacia principios de diciembre y durante tres semanas, las obras requerirán cortes de tráfico diarios que no han gustado sobre todo los comerciantes.
La presidenta de Vic Comerç, Núria Coll, ha criticado que no se haya consensuado el inicio de las obras con los comerciantes y ahora éstas interferirán con la campaña de Navidad, y también con el Mercado Medieval, uno de los que tensa más la movilidad en la ciudad. “Podrían haber empezado en enero”, ha señalado. La concejala de Urbanismo, Ester Coma, ha defendido que las fechas se han escogido para evitar generar más problemas con el polvo y también para no perder la ayuda que subvenciona las obras.
Los trabajos manuales de vaciado del Mercado Municipal de Vic han comenzado este martes por la mañana. No será hasta de aquí a tres semanas cuando se iniciará la demolición con la entrada de la maquinaria pesada. La actuación tiene una previsión de duración total de tres meses, si bien uno de los puntos que ha generado malestar entre comerciantes son los cortes de tráfico diarios que afectarán a la calle de los Morató durante tres semanas en diciembre.
La presidenta de Vic Comerç, Núria Coll, se ha mostrado crítica con el hecho de que el consistorio haya decidido salir adelante con los trabajos sin consultar a los comerciantes. “Prácticamente estamos empezando la campaña de Navidad y también estará el Mercado Medieval de por medio, con los cortes de calle y el ruido de unas obras de esta magnitud, repercutirá negativamente en los comerciantes de la zona”, ha lamentado. Coll también ha reclamado que se sea riguroso con la duración de las obras y que no se alarguen más de la cuenta.
Los comerciantes, como la Irene Codina, quieren más zonas de carga y descarga, para que los clientes y ellos mismos puedan aparcar, descargar y moverse por la zona tranquilamente. “Es la época del año que tenemos más trabajo y lo que me preocupa es la movilidad y la accesibilidad”, ha dicho. De hecho, para Codina la cuestión de la movilidad será un problema durante las obras, pero también si se acaba construyendo el CAP que ya avanzó la conselleria de Salud.
Desde el consistorio, Ester Coma, la concejala de Urbanismo, ha defendido la idoneidad de hacer las obras en este periodo del año, sobre todo para evitar la problemática que genera el polvo de unos trabajos de estas dimensiones. “En esta época del año, las ventanas suelen estar cerradas, lo que será una molestia menos para los vecinos”, ha señalado. Por su parte, la presidenta de los comerciantes ha defendido que un buen momento que no fuera en contra con la campaña de Navidad podría ser a principios de año, enero, febrero y marzo. Coma, sin embargo, ha señalado que este periodo no cumple los plazos para recibir la subvención de la Diputación que cubre el gasto de las obras. La regidora también se ha comprometido a estudiar la ampliación de las zonas de carga y descarga y que el impacto “sea el mínimo”.
Durante las tres semanas que los vecinos verán limitado el acceso a sus parkings se cortará la calle de los Morató desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde. La idea es ir desmontando el edificio por pórticos de carga, empezando desde el lado de la Guinguenera, de manera que se llegue a la fachada de la calle, que será entonces cuando se harán los cortes. El motivo principal de los cortes, ha dicho Coma, es por una cuestión principal de seguridad y para evitar el riesgo de desprendimientos. Por la mañana se pondrán las vallas de seguridad, para evitar caídas, y por la tarde se retranquearán, para que los vecinos puedan seguir pasando. Esto pasará previsiblemente durante la semana del 2 de diciembre.
“Es evidente que molestaremos, no lo negamos, es un edificio enorme con un volumen de hormigón que se tendrá que picar y que hará ruido, pero intentaremos que sea lo mínimo posible”, ha dicho Ester Coma.
Los vecinos consultados ven con buenos ojos el inicio de las obras. “Si fuera por mí ya haría años que sería fuera”, ha dicho Montserrat Rierola, una vecina del barrio. “Cuando cerraron ya lo tenían que haber tirado al suelo, porque eso se ha convertido en la basura de Vic“, ha añadido. La vecina no está molesta por las obras, sino que piensa en un bien futuro y que si sitúan el CAP lo tendrá “muy cerca de casa”. Por su parte, otro de los vecinos de la zona y comerciante, Joan Ramon Pérez, ha explicado que “desde que cerró el mercado se ha notado mucho. No es su caso, porque él tiene un taller de reparación”, “pero si te tienes que reír de la caja del día a día es difícil”.
El futuro del espacio sigue su camino para convertirse en un nuevo CAP, tal y como se adelantó hace unos meses desde la consejería. Cuando se haya aterrizado el edificio, el consistorio podrá poner el solar a disposición de Salud para que el Departamento pueda poner en marcha la maquinaria para construir un nuevo CAP. Ester Coma ha destacado que al Ayuntamiento de Vic le interesa que el proyecto avance, “no queremos que sea una parcela vacía durante muchos años”. En este sentido, ha dicho que desde Urbanismo ya han empezado a trabajar para encontrar el encaje.
Finalmente la adjudicación del proyecto ha sido por 600.000 euros. Las empresas pudieron hacer bajadas importantes del precio que se justificaban con el valor de los materiales del edificio que luego se podrían recuperar y tener una segunda vida.