A partir de abril del año que viene, un recibo doméstico medio del agua en Solsona de primer tramo (de hasta 18 metros cúbicos de consumo) pasará a incrementarse trimestralmente cerca de 8 euros, que son poco más de 30 euros al año.
El Pleno municipal dio luz verde ayer por la noche a la actualización de la tasa del agua, congelada desde 2020.
Este punto se aprobó con los votos favorables de los dos grupos de gobierno (ERC y ApS-CUP), el posicionamiento contrario de Trabajamos por Solsona, muy crítico con la medida, y la abstención de Junts per Solsona.
La cuota fija del servicio pasará de los 5,12 euros mensuales a los 7,52 mientras que la parte variable, según el consumo, se subirá 5 céntimos de euro el metro cúbico en el primer tramo, 7 céntimos el segundo y 57 céntimos el tercer tramo, que es el que excede de 18 m³, en la tarifa de uso doméstico., Para las familias de cinco miembros o más y las tarifas de uso industrial o ganadero, el primer tramo aumentará 5 céntimos el metro cúbico, mientras que el segundo y el tercero lo harán en 7 céntimos.
Trabajamos por Solsona, contraria esta decisión, ha cargado contra lo que considera una “mala gestión política del agua”.
Su portavoz, Marc Ribagorçana, asocia una “subida muy aguda” de la tasa a que no se haya actualizado progresivamente en los últimos años “para no abordar el problema”.
En este sentido, si se descuentan del recibo del agua los conceptos de basura, alcantarillado y canon del agua, el Ayuntamiento remarca que el aumento para un hogar que consuma 17 metros cúbicos será del 43,5 %.
Déficit de 94.000 euros
El concejal de Servicios Municipales, Joan Parcerisa, desgranó en el Pleno los cálculos con los que se ha llegado a esta propuesta con el fin de reducir el déficit del servicio municipal de agua, que en 2023 ascendió hasta los 94.000 euros.
Los costes fijos fueron de 480.000 euros, que divididos entre los 5.300 abonados de la ciudad, resulta a pagar 7,5 euros al mes, una cifra que representa un incremento de 2,4 euros al mes para todos los recibos.
En cuanto al gasto variable del servicio, según Parcerisa, se situó el año pasado en 227.000 euros.
En este caso, “sí se imputa al consumo y se ha intentado que repercuta lo mínimo posible en los abonados de los primeros tramos, que hacen un uso responsable del agua“, destaca el primer teniente de alcalde.
En cambio, “se penaliza con un incremento más elevado el último tramo, el de los que llenan piscinas, riegan jardines y no tienen tanto cuidado con el ahorro”.
Una factura doméstica de tercer tramo se subirá unos 66 euros al año.
El gobierno municipal argumenta la necesidad de hacer estos ajustes “para continuar garantizando, mejorando y modernizando el servicio municipal de agua, una de las joyas de la corona del Ayuntamiento de Solsona”, según el concejal responsable del área.
La alcaldesa, Judit Gisbert, quiso remarcar que no hay ninguna voluntad recaudatoria en esta medida, ya que el objetivo es “conseguir un equilibrio presupuestario entre los gastos que genera el servicio municipal de agua y los ingresos” para mantener su calidad.
Reconoció que “políticamente no gusta a nadie tocar el precio del agua”.
“Pero no estamos aquí para hacer solo lo que nos gusta, sino para hacer una buena gestión”, sentenciaron Gisbert para cerrar el debate de este punto.
