Preocupación entre los comerciantes de Manresa por la futura implantación de la ZBE

La ordenanza delimita un área de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de 3,9 kilómetros cuadrados, que incluye el 85% de la población y el 75% de los equipamientos. Sólo funcionaría de lunes a viernes, de 7 de la mañana a las 8 de la noche, y tiene algunas excepciones como los vehículos históricos; personas con movilidad reducida; con rentas bajas o profesionales cercanos a la edad de jubilación, entre otros.

De momento, el pleno ya ha hecho la aprobación inicial de la propuesta y ahora está en periodo de exposición pública durante el cual se pueden hacer alegaciones que el Ayuntamiento ya ha dicho que estudiará. Desde el consistorio se insiste en que el texto aún no está cerrado. Sin embargo, recuerdan que, como municipio de más de 50.000 habitantes, la normativa europea obliga a Manresa a tener una ZBE por motivos de salud.

“Propuesta de máximos”

Pero la propuesta no ha estado exenta de debate. Algunos comerciantes se muestran preocupados por cómo les afectará la implantación de la ordenanza . “Què farà la gent de comarca que ve a comprar a Manresa? Potser preferirà anar a Igualada o Vic si aquí els han de multar?” , se pide Montserrat Zurita, de la herboristería San Miguel.

Por su parte, Toni Daura, de la librería Parcir y presidente de la Unió de Botiguers i Comerciants de Manresa, lamenta que se haya apostado por “una propuesta de máximos”. “Se habría podido blindar la isla peatonal que ya tenemos en el centro de la ciudad y no hacía falta nada más para cubrir el expediente. Es una iniciativa que puede quedar muy bien, pero que se hace antes de haber podido hacer una transición energética y de transporte como es debido”, lamenta.

Para Daura, la iniciativa es “innecesaria y no deja de ser un problema para el ciudadano”. “Como siempre, empezamos la casa por el tejado”, denuncia. En la misma línea se expresa Carles Gonfaus, de la óptica Soler, quien asegura que “en los últimos 12 años, en Manresa no se ha superado nunca el umbral de contaminación”.

Gonfaus avisa de que “1 de cada 4 turismos de la ciudad no tiene distintivo ambiental, ni tampoco lo tienen 1 de cada 3 motos”. Por tanto, asegura, “la afectación será máxima y hay un grado alto de preocupación”. Según opina, Manresa se podría haber esperado a ver el ejemplo de otras ciudades antes “de implantar una ordenanza tan estricta” y defiende que, antes, se debería haber solucionado la falta de aparcamiento que sufre la ciudad.

“No hay que espantarse”

Ricard Caballero, del Taller del Bosque, tiene otra visión sobre la implantación de esta ordenanza. “Es una norma muy poco restrictiva y la gente no se tiene que espantar”, defiende. Para Caballero, “si la excusa es el medio ambiente, esta medida no tiene ni cabeza ni pies”. “Es una bomba de humo. Eso no apaciguará el problema real del medio ambiente”, avisa.