.jpg)
Para la Tamara Tauste, vecina de Castellolí (Anoia), la verbena de Sant Joan es “horrible”. Vive muy cerca del lugar donde se encuentra la gente del pueblo para hacer la hoguera y tiene dos perros que sufren el ruido de los petardos. Especialmente uno. “Cuando siente un petardo, empieza a bordar y a correr por toda la casa. Tiene pánico”, lamenta en declaraciones a la ACN.
Pero este año, además, la situación se agrava porque le han detectado una enfermedad en el corazón que no le permite tomar ninguna medicación. Por ello, Tauste pidió al Ayuntamiento si se podría encontrar alguna solución. Y, por primera vez, Castellolí ofrecerá un servicio gratuito de residencia canina la noche de la verbena. Se trata de un “hotel” canino, situado a 2 km del pueblo y donde el ruido de los petardos no se siente.
La verbena de San Juan es uno de los días con más trabajo del año en las residencias caninas. En el caso del hotel canino El perro blanco, de Castellolí, su propietario, Albert Grados, explica que tiene clientes de toda la comarca e, incluso, de fuera. Según explica, los petardos pueden generar mucha angustia a los perros porque “hay que partir de la base de que sienten 10 veces más que los humanos”. “Además, cuando sienten un petardo, no saben por qué es, y eso les genera un gran estrés”, subrayó.
Por ello, hay muchos propietarios que optan por llevar al perro a una residencia canina y ahorrarles este sufrimiento. Precisamente este es el objetivo del Ayuntamiento de Castellolí con esta nueva iniciativa. “Ponemos donde ponemos los petardos, afectarán a alguien. Por eso, pensamos que lo más justo sería hacer a la inversa: coger a todos los perros y llevarlos a un paraje idílico para que puedan pasar la noche sin este estrés”, subraya el alcalde, Joan Serra.
Los vecinos que necesiten el servicio pueden hacer la gestión a través del Ayuntamiento. La fecha máxima para solicitarlo es el 14 de junio, ya que el centro necesita hacer las previsiones de aforo.
Decenas de posibles usuarios
El Ayuntamiento se hace cargo de todo el gasto, que es de 27 euros la noche por perro. La ubicación de la residencia canina, que tiene capacidad para una octogenaria de perros, es perfecta para evitar el ruido de los petardos. Está situada a 2 kilómetros del pueblo, y en una zona elevada.
De momento, el Ayuntamiento todavía no tiene claro cuánta gente se beneficiará del servicio, aunque según el alcalde hay decenas de personas que podrían estar interesadas. En el caso de la Tamara Tauste, aún debe valorarlo con el veterinario de su perro. “Es un perro muy familiar y con la enfermedad que tiene, todavía tenemos que valorar si sería o no beneficioso para él”, explica.
