sábado, 30 de noviembre de 2024
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Una varera de 88 años recupera las cenizas del padre, muerto en el exilio en Francia

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El Rosario se despidió de su padre, Pedro Pérez Vengut, cuando tenía 10 años. Comandante del ejército republicano, tuvo que huir de Manresa y vivir en el exilio, donde murió en 1954. No lo volvió a ver nunca más y siempre lo ha echado en falta. Pero a los 88 años, vive un sueño hecho realidad: ha recuperado las cenizas de su padre. Ha sido posible gracias a la asociación Memoria e Historia de Manresa, que encontró documentación que situaba la muerte del comandante en Pamiers, en Francia. La hija de la Rosario no lo dudó y se fue hasta allí. “Voy a encontrar su tumba escondida entre heures”, explica. Exhumaron e incineraron los restos, que ahora están en Manresa, en casa La Rosario. “Ya puedo morir tranquila, lo tengo todo”, asegura.

Tiene los restos de su padre en una urna en la habitación, junto a algunas fotografías y con algunos de sus recuerdos. Y cada día se sentará a su lado y le habla. “Le explico que estoy bien, que ya estamos juntos. Le pido cómo está, le resuena y miro de tenerlo lo más arreglado que puedo. Y siempre le dejo la puerta de la habitación abierta para que me vea pasar”, explica.

En la última etapa de la vida, el Rosario asegura que nunca había estado tan bien como ahora porque siempre había echado en falta a su padre. Sabe que morirá pronto. “Como mucho me quedan dos años”, dice, pero asegura que se irá “tranquila” y con las cenizas de su padre en el nicho. “Me las endulzaré conmigo y allí estaremos. Descansaremos los dos juntos y en paz”, explica.

El reencuentro de la Rosario con las cenizas de su padre ha sido posible gracias a la asociación Memoria e Historia de Manresa, que trabaja para la recuperación de la memoria histórica y en contra del olvido. Su presidente, Joaquim Aloy, explica que conoció la historia de la Rosario de casualidad, un día que le iba a hacer una consulta a su hija, la Dolores, que es médico forense, para otra investigación.

La Dolores le explicó la historia de su abuelo, muerto en el exilio y de quien sabían muy poca cosa. Y él, en silencio y sin decirles nada, se puso a buscar. Encontró un montón de documentación y, entre ella, información que situaban la muerte del comandante en Pamiers, en el sur de Francia.

Aloy dio toda la documentación que había encontrado a la familia y la hija del Rosario decidió ir hasta Pamiers con su pareja para ver si encontraban algo. “Tenía una foto de la tumba con una lápida y con esa foto íbamos mirando al cementerio”, explica. No hubo suerte. Finalmente al día siguiente fueron al Registro Civil, donde le dieron el acta de deceso de su abuelo y un mapa con el punto donde estaba enterrado. “Habíamos pasado muchas veces por delante de la lápida, pero no la habíamos visto porque estaba tapada de ahí. Con las manos y las estanallas, lo vamos a sacar todo y vamos a encontrar su nombre. Voy a llamar a la madre y le digo: estoy ante la tumba de tu padre. Y ella no pudo parar de llorar”, explica.

Una parte de la historia, silenciada

La Dolores lamenta que en Pamiers, como en muchos pueblos del sur de Francia, hay una parte de la historia de la Guerra Civil. “Sabe muy grave porque buscando en el cementerio vamos a ver un montón de nombres catalanes y españoles. Allí hay una parte de nuestra historia y debe haber mucha gente con nuestra situación”, lamenta.

Precisamente este es uno de los objetivos de Memoria e Historia de Manresa: recuperar nombres y apellidos. “Para nosotros es muy importante identificar y poner nombres a las cifras porque las cifras a veces no nos acaban de hablar de la dimensión humana que conlleva”, lamenta. En Manresa, la guerra y la dictadura franquista causaron más de 750 muertos. “Es una cifra elevadísima, pero cada número es una persona y una familia detrás”, añade Aloy.

Para la Dolores, el regreso de su abuelo “es una deuda con la historia”. “Era mi abuelo y como él hubo muchos que lucharon en la frente. Tiene un lugar en la historia y vale la pena ponerlo donde corresponde”, subrayó. Aloy está de acuerdo. Para él, la historia del comandante Pedro Pérez y su familia es “una historia de vida que refleja el sufrimiento de muchas familias durante la Guerra Civil y la posguerra”.

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