La Fundación Althaia de Manresa ha introducido un programa formativo en habilidades quirúrgicas dirigido a residentes que incorpora la tecnología más avanzada de simulación. El proyecto, pionero en el Estado español, es fruto de la colaboración entre la institución y el centro de simulación 4D Health de Igualada. El programa, que incluye entrenamiento y formación en cirugía mínimamente invasiva, se dirige a los MIR de Cirugía General y del Aparato Digestivo, Ginecología y Obstetricia y Cirugía Ortopédica y Traumatología (COT).
La formación incorpora el uso de dos simuladores de última generación, Winco Pro y VirtaMed LaparoS y ArthroS, que ofrecen una fidelidad muy alta en la práctica quirúrgica, lo que permite que la curva de aprendizaje de los futuros especialistas sea muy rápida y segura. El objetivo es que los residentes adquieran unas habilidades técnicas de acuerdo con su plan formativo antes de entrar en quirófano y participar en casos reales.
El programa formativo, adaptado a cada año de residencia, se inicia con una sesión teórica para que los residentes conozcan de primera mano el funcionamiento de los dos simuladores. A partir de ahí, cada uno de los MIR debe realizar un mínimo de 15 horas de prácticas con los simuladores cada año de residencia.
En esta parte práctica los residentes realizan diferentes técnicas en el ámbito de la cirugía laparoscópica y artroscopia, simulando diferentes patologías y complicaciones. Como los simuladores registran la actividad, se pueden hacer comparaciones, ver la evolución y estimular el aprendizaje. Los profesionales en formación cuentan con el asesoramiento online de técnicos del 4 DHealth y también el acompañamiento por parte de sus tutores. La formación acaba con una evaluación final que sirve para conocer la progresión en cada edición.
La simulación como modelo de aprendizaje en cirugía
La utilización de simuladores es una nueva herramienta muy efectiva y accesible para que los profesionales en formación adquieran las habilidades necesarias en cirugía mínimamente invasiva. La simulación permite al residente la práctica ininterrumpida de las habilidades quirúrgicas en un entorno seguro antes de ponerlas en práctica con pacientes en el quirófano, optimizando los recursos quirúrgicos y maximizando la experiencia de entrenamiento.
Por su complejidad, la cirugía mínimamente invasiva requiere muchas horas de entrenamiento. Se introducen conceptos como la triangulación, la coordinación ojo-mano, la percepción de la profundidad, la precisión al guiar la cámara y la orientación espacial. Adquirir estas habilidades con aparatos de simulación quirúrgica permite a los cirujanos y residentes practicar procedimientos quirúrgicos específicos en un entorno de formación muy realista.
El objetivo de su uso es fomentar curvas de aprendizaje más cortas y una transferencia fluida de habilidades al quirófano. Así, cuando el residente llega a quirófano ya tiene adquiridos unos conocimientos y habilidades que aceleran su proceso de aprendizaje.
El simulador quirúrgico permite identificar cómo un futuro especialista realiza un determinado ejercicio o técnica, señalar qué puede estar haciendo de forma incorrecta, y proporcionar sugerencias y retroalimentación objetiva para mejorar y asegurar un resultado más positivo para el paciente.