Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y con el Instituto Catalán de la Salud en la Cataluña Central revela que los diagnósticos por depresión y trastornos del estado de ánimo crecieron un 86% en la atención primaria entre 2017 y 2022. El trabajo se ha realizado analizando datos procedentes del ICS entre estos años.
Se observa que el aumento de la prevalencia de la depresión es más evidente en áreas rurales: pasa de un 25,6% en 2017 al 26,3% en 2022. En cambio, baja en las zonas urbanas del 74,4% al 73,7% en el mismo periodo. La prescripción de antidepresivos pasó del 81,3% al 83,7%. Los investigadores han apuntado, pero que habrá que ver si el incremento es un efecto puntual de la pandemia.
Las patologías analizadas afectan mucho más a las mujeres, que representaban el 67,2% en 2017 y el 66,6% en 2022.
En paralelo, la investigación muestra que en el periodo analizado también se ha registrado un incremento del uso de las herramientas de telemedicina en los centros de atención primaria. En 2017 el 4,34% de las consultas virtuales tenían que ver con episodios depresivos y de trastorno del estado de ánimo. En 2020, coincidiendo con el confinamiento por la covid, se llegó al 46,8% del total. Cuando se recuperaron las consultas presenciales, las virtuales mantuvieron un peso importante: 39,7% en 2021. Pero en 2022 bajaron al 26,3%. A pesar de esta reducción, supone un incremento importante respecto al punto de partida de 2017.
El estudio sugiere que los hombres y la población más joven tienen más posibilidades de hacer consultas virtuales. Además, los que consultan virtualmente tienen más posibilidades de tener prescrito un antidepresivo o ansiolítico.
La líder del estudio y estudiante de doctorado en Salud Digital en la UOC, Aïna Fuster, ha valorado que el incremento de los diagnósticos por depresión puede estar relacionado con la sensibilización y el impacto que ha tenido la pandemia con respecto a la salud mental. La investigadora apunta a otros efectos que ha podido dejar la covid-19, como el hecho de que durante el periodo pandémico el único recurso disponible era el del medicamento. Por ello, ha indicado que habrá que analizar si el patrón se mantiene en el tiempo o si se trata de un impacto puntual.
En esta línea, la subdirectora de investigación de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, Carme Carrion, ha afirmado que si bien el estudio muestra un incremento relevante de los diagnósticos por depresión, no quiere decir que sea el reflejo real de qué está pasando, teniendo en cuenta la última pandemia. Los datos muestran la realidad de un momento de escasez de recursos. En todo caso, sí ha defendido que es una “aproximación” a la realidad, ya que había más gente que no estaba diagnosticada.
Incremento de las consultas digitales
En cuanto al incremento de consultas digitales entre los jóvenes, Carrion observa una mayor tendencia a utilizar herramientas digitales entre este colectivo. Ha añadido, pero que sigue habiendo una estigmatización en cuanto a la salud mental e ir físicamente a un lugar conlleva el riesgo de que te vean. “Si estás en casa delante del ordenador nadie se entera”, ha manifestado.
Por ello, ha defendido que el estudio abre nuevas vías de investigación para averiguar cuáles son las causas que empujan hacia esta situación y qué se puede hacer para revertirla.
En este sentido, ha pedido analizar también con más cuidado la relación que puede haber entre el incremento de antidepresivos y el hecho de que era la herramienta más accesible durante la pandemia. Carrion ha afirmado que habría que analizar si no hay otros condicionantes, como puede ser el tiempo que requiere ir a terapia.