La Audiencia Provincial de Tarragona ha condenado a tres años de prisión y seis meses de libertad vigilada por un hombre de 36 años que grabó vídeos sexuales con su pareja menor de edad hace una decena de años. Aunque la joven accedió, el juez ha estimado que lo hizo por la insistencia del hombre, quien luego en el juicio negó que la idea fuera suya.
Tal y como ha informado el Diari de Tarragona, los hechos tuvieron lugar en 2016, cuando los implicados tenían 15 y 27 años. A pesar de la diferencia de edad, la relación era consentida y la Audiencia Provincial ha dado más credibilidad a la versión de la joven, quien ha defendido que cedió a la grabación por la insistencia de su pareja.
La menor tenía 15 años y el hombre 27 cuando iniciaron la relación
El procesado y la joven iniciaron una relación a finales de 2016 tras ponerse en contacto a través de las redes sociales. Durante el año en que mantuvieron su unión, mantuvieron relaciones sexuales consentidas por ambas partes. Sin embargo, pocos meses después de iniciar su vínculo fue cuando se produjeron los hechos juzgados.
Según ha recogido la sentencia de la Audiencia Provincial de Tarragona, el acusado era consciente de los problemas que podía acarrear su actitud, pero puso en marcha las grabaciones. Se han encontrado hasta tres vídeos y dos fotografías, las cuales provocaron que la menor experimentara episodios de depresión, ansiedad y flashbacks durante los siguientes cuatro años que le condicionaron su vida cotidiana.
Acusado y denunciante expresaron opiniones diferentes durante el juicio. La menor aseguró que el hombre le presionó para que se grabara ella sola realizándose tocamientos. Además, ha reconocido que realizaron cerca de media docena de vídeos, todos bajo la insistencia de su pareja.
El procesado pensaba que la menor tenía 19 años
Por otro lado, el procesado de 37 años ha asegurado que él pensaba que su pareja tenía 19 años en el momento de los hechos. Sin embargo, la joven ha defendido que le dijo su edad real y que ésta salía en la aplicación donde se conocieron. Además, el mayor de edad ha asegurado que fue ella quien lo convenció en última instancia para llevar a cabo los vídeos.
Finalmente, la sentencia recoge que se produjo un abuso de relación de confianza del hombre con la menor. Sin embargo, han aclarado que este no fue el “propósito” final del acusado, quien ha sido condenado a tres años de prisión, seis de libertad vigilada y una multa de 3.000 euros.