Este lunes, tras meses de espera, Carles Porta regresaba a la televisión con el estreno de la nueva temporada de Crims, la serie que se ha convertido en un verdadero fenómeno, no sólo en Cataluña, sino en todas partes.
El primer episodio de esta nueva temporada, titulado “Palauet”, se centró en uno de los casos más mediáticos de la provincia de Tarragona: la desaparición y asesinato de Carme Gallart, vecina de Els Pallaresos, un municipio de El Tarragonès.
El 18 de junio de 2015, Carme Gallart, de 65 años, desapareció mientras se dirigía a coger un autobús en su municipio, para reunirse con un amigo en Tarragona. Su desaparición encendió las alarmas y, poco después, los Mossos d’Esquadra descartaron la hipótesis de una huida voluntaria. En cuestión de días, las sospechas se centraron en Ramón Franch, un agente inmobiliario con quien Gallart mantenía un conflicto judicial relacionado con una estafa que la dejó en una situación económica desesperada.
Según los investigadores, la empresa de Franch engañó a Gallart en una operación inmobiliaria que la dejó con deudas y sin las propiedades que había intentado vender. A medida que pasaban los meses desde el día de la desaparición, los Mossos reunieron pruebas que apuntaban claramente hacia Franch, aunque el cuerpo de Gallart nunca fue localizar.
El episodio de Crímenes de ayer profundizó en los detalles del caso, con testimonios y reconstrucciones que ilustraron la investigación. De hecho, desde el momento en que se produjo la desaparición, la víctima “Deja de hacer absolutamente todo. Eso es lo que nosotros decimos falta de actividad vital manifiesta rotunda y absoluta, que es lo que nos permite inferir la muerte de esta persona”, explica Pere Sánchez, sargento de la División de Investigación Criminal de los Mossos d’Esquadra.
En el programa Carles Porta ofreció una narración detallada del caso, mostrando cómo los agentes de la Unidad Central de Personas Desaparecidas consiguieron rastrear la ubicación del teléfono móvil de Franch, que mostró que estaba en el mismo lugar que Gallart el día de su desaparición. Además, aparecieron restos de sangre de la víctima en un vehículo de Franch, circunstancia que fue fundamental para vincularlo al crimen.
Pese a que el cuerpo de Gallart nunca fue encontrado, el tribunal condenó a Franch a 15 años de prisión por homicidio con ocultación de cadáver en 2017. La sentencia también incluía una indemnización de 450.000 euros a la familia de la víctima. Además Franch fue condenado por estafa y falsedad documental, con una pena adicional de seis años de prisión y otros cargos económicos.