Tarragona está más cerca de poder volver a disfrutar de la fachada de su Ayuntamiento. La fachada restaurada, sin embargo, comportará probablemente un choque para los ciudadanos, debido al cambio de color respecto a los últimos años. Esta nueva tonalidad ya se intuye si alguien se fija en el interior del andamio instalado, aunque avisan de que no es exactamente el definitivo.
El nuevo color que lucirá el edificio municipal no es fruto de ningún delirio ni de la casualidad. De hecho, el proyecto inicial ya contemplaba la restauración del color original. A pesar de tenerlo en cuenta, no había ningún tipo de evidencia del pigmento original y no sabían si encontrarían realmente cuál era. Después de sacar las capas de pintura, toparon con el mortero cemento gris que, al repiarlo, emergió el antiguo estuco con residuos de los pigmentos originales. Para replicarlo, han generado una mezcla a base de arena y cal hasta encontrar un color muy similar al encontrado.
Esta nueva imagen del Palacio Municipal tiene una tonalidad terrosa, que se remonta al siglo XIX, cuando el edificio pasó a ser la sede consistorial. El color no se aplicará a la fachada como si fuera una capa de pintura, sino poniendo un estuco de cal pigmentado. Es decir, una especia de nueva capa. Según afirma el consejero de Patrimonio, Nacho García, “será un cambio significativo y hará destacar los elementos decorativos de la fachada”. Además, también ha anunciado que la restauración incluye una nueva iluminación leche con más de 130 puntos.
Está previsto que la nueva fachada del Ayuntamiento de Tarragona esté a punto para Sant Magí, a mediados de agosto.