El concurso para la recogida de residuos y limpieza en la ciudad de Tarragona ha sido un tema recurrente y controvertido. Después de varias licitaciones e impugnaciones, parece que ahora se prevé una nueva etapa en este proceso.
El Ayuntamiento de Tarragona licitó este contrato por primera vez a finales de 2022. En aquella ocasión, se prescindió de los servicios de una ingeniería externa, y el personal técnico del ayuntamiento elaboró las bases del concurso. Desgraciadamente, este enfoque no dio los resultados esperados.
La primera licitación quedó desierta, y en una entrevista, la jefa del departamento de Medio Ambiente culpó a las empresas por no presentar ofertas. La segunda licitación, aprobada en un pleno municipal polémico, fue posteriormente suspendida por el Tribunal Catalán de Contratos del Sector Público. Esto frustró los intentos de renovar el contrato existente.
La tercera licitación, aprobada por el gobierno actual, otorgó provisionalmente el contrato a la empresa francesa GBI-Paprec. No obstante, un recurso presentado por URBASER ha puesto en duda el trabajo del equipo técnico del ayuntamiento.
Según fuentes cercanas, la sentencia parece obligar a desestimar todas las ofertas por incumplimientos del pliego que la mesa de contratación pasó por alto. Pese a ello, el gobierno actual tiene la intención de aprobar definitivamente la adjudicación a URBASER este viernes, con el apoyo del PSC, Junts y los dos ex consejeros de VOX.
Una vez aprobada la propuesta de adjudicación, URBASER deberá presentar toda la documentación que avale su solvencia. Parece evidente, que si finalmente se adjudica este concurso, habrá resultado un camino tortuoso para los servicios técnicos del Consistorio. Ahora bien, en caso de que nuevos recursos obliguen a volver a repetir la licitación, el Ayuntamiento de Tarragona se verá obligado a realizar cambios importantes para no volver a repetir los errores que han llevado este concurso a la situación actual.