martes, 29 de abril de 2025
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Una peluquera, sobre el apagón: “Vamos a sacar una silla y un espejo en la calle y vamos a cortar el cabello allí”

claudia fuentes

El apagón de electricidad que paralizó todo el estado Español, Portugal y parte de Francia ayer lunes afectó a varios comercios por toda Tarragona que, repentinamente, se encontraron con impedimentos para continuar con su jornada laboral con normalidad.

Muchos de ellos tuvieron que cerrar ante la imposibilidad de dar un servicio correcto. Este es el caso de la heladería Sirvent, donde tuvieron que bajar la persiana en cuanto se dieron cuenta de que la luz no volvería pronto. “Media hora después del apagón vamos a guardar a toda presa los helados en el congelador, para poder conservarlos, y vamos a cerrar”, comenta una dependienta. Un caso diferente fue el de otra heladería justo al otro lado de la Rambla Nova, la Raffa Gelatti, que pudo continuar abierta, aunque con dificultades, gracias a que parte de sus helados se encuentran expuestos en neveras cerradas. Según explica su trabajadora, les devolvió la luz cerca de las 21:00 h, justo antes de cerrar, lo que les facilitó la tarea de limpiar y organizar.

Otro comercio que tuvo que cerrar fue la cadena de venta de alimentos congelados La sirena. “Tenemos una batería que dura media hora”, explica una cajera. Sus productos no se vieron afectados, ya que no abrieron los congeladores.

Las farmacias fueron otro de los sectores afectados, un ejemplo es la Farmacia F. Sanz, donde pudieron seguir trabajando correctamente durante 3 horas gracias a sus baterías. “Se acabó la batería y ya no pudimos hacer nada, quizás apuntar a algún vecino conocido y ya está, a las 18:00 vamos a cerrar”, explica uno de los farmacéuticos. Uno de sus principales problemas era un cajón robot que utilizan para coger algunos medicamentos, y que les imposibilitaba vender aquellos que se encontraban dentro. Además, les preocupaban aquellos medicamentos que necesitan ser refrigerados: “Estábamos sufriendo por las insulinas, teníamos que vigilar que no subieras la temperatura”, comenta.

Algunos negocios se organizaron, como pudieron, para mantenerse abiertos. Es el caso de la peluquería La Saleta, donde continuaron dando su servicio prácticamente hasta la hora de cierre. “Sacamos una silla y un espejo de pie en la calle y cortamos allí el cabello, porque se veía mejor”, explica una peluquera. Incluso hicieron unas mechas. Su mayor problema llegó a la hora de cerrar, ya que su persiana funciona con motor: “Vamos a cerrar a la fuerza, y esta mañana estaba bloqueada”. No han podido abrir la peluquería hasta las 12:00 h, cuando su hora de apertura habitual es las 9:00 h.

Otros comercios se vieron incluso beneficiados por la crisis vivida ayer. En las cajas de Mercadona, que funcionó sin problemas gracias a sus generadores, se vieron colas larguísimas. “Esto se quedó vacío, se llevaron el agua, papel de inodoro, conservas…”, relata una trabajadora. Los basureros también recibieron muchos compradores en busca de pilas, baterías, radios, linternas, spoilers… y todo lo necesario en casos de apagones energéticos. En cuanto a la hostelería, muchos bares llenaron las terrazas de gente que, ante el aburrimiento de un día soleado sin conexiones, iban a tomar algo.

 

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