viernes, 14 de junio de 2024
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Investigadores de la extranet trabajan en un proyecto para carreteras más seguras y sostenibles

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Varios investigadores e investigadoras de diferentes ámbitos de investigación de la Universidad Rovira i Virgili han participado en los últimos meses en el proyecto impulsado por la Generalidad de Cataluña y la Diputación de Tarragona “Cuidemos lo que nos une. Carreteras más seguras y sostenibles“, que tiene por objetivo mejorar la seguridad y la sostenibilidad de las carreteras aplicando tecnologías con un fuerte componente innovador.

En las diferentes actuaciones del proyecto, ya en la fase final, el personal investigador de la universidad ha aplicado con resultados satisfactorios tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial, los sensores y el big data, para aumentar la seguridad en las vías y optimizar la información de todo lo que sucede, y, por otro lado, ha desarrollado un asfalto menos contaminante y más sostenible.

Así, dentro de las primeras de actuaciones, englobadas dentro de la operación “Sensórica”, el grupo de Robótica y Visión Inteligentes de la UPF, que coordina el investigador Domènec Puig, ha desarrollado una plataforma web y una aplicación móvil para detectar y reportar en tiempo real las incidencias que pueda haber en las vías, como el estado del asfalto y el recuento de coches en zonas específicas.

“Esta plataforma ayuda a la mejora de la gestión de la infraestructura y proporciona información que permite conocer problemas en tiempo real para poder hacer recomendaciones y predicciones, mediante la información pública disponible en internet, la proporcionada por las cámaras ubicadas en las vías y por los propios ciudadanos a través de textos, imágenes o vídeos”, afirma Puig.

El grupo Nanolectronic and Photonic Systems de la extranet, con el investigador David Girbau al frente, ha evaluado la viabilidad de utilizar los radares que incorporan los vehículos para magnificar la detección de objetos cercanos y para comunicarse con infraestructuras externas, como el punto de acceso a un parque natural donde se comunican los ocupantes del vehículo. Por su parte, el Grupo de Fotónica, con la coordinación de Francesc Díaz, ha desarrollado sensores de niebla y de hielo, y evaluadores de la calidad de la reflectividad de las señales, del coeficiente de adherencia y resistencia al rodaje en los compuestos asfálticos y del deterioro del firme del pavimento, además de un sistema con fibra óptica e inteligencia artificial para informar al gestor de la infraestructura de las características del vehículo.

El grupo de investigación CRISES, centrado en asuntos de seguridad informática y privacidad en el entorno tecnológico, ha diseñado y validado un prototipo para controlar el acceso de vehículos a zonas restringidas de bajas emisiones (ZBE) con el objetivo de reducir la contaminación ambiental y mejorar la sostenibilidad en la movilidad urbana. Principalmente, el sistema que han desarrollado es más respetuoso con la privacidad de los usuarios de las ZBE que los sistemas actuales, ya que durante la comunicación entre el vehículo y la infraestructura de acceso el anonimato está garantizado “gracias al protocolo de comunicación diseñado y a los diversos mecanismos criptográficos empleados; la identificación por medio de fotografías sólo se utiliza como último recurso, en caso de que este proceso de comunicación no se produzca”, explica Jordi Castellà, uno de los responsables de la investigación.

 

Descarbonización y economía circular

En cuanto a la operación denominada “Materiales avanzados”, grupos de investigación de los departamentos de Ingeniería Química y de Química Física e Inorgánica, con investigadores como Francesc Medina, Abel Toscano, Esther Torrens, Christophe Bengoa y Yolanda Cesteros, han trabajado con el objetivo principal de diseñar un asfalto capaz de autorregenerar las grietas de la carretera, utilizando líquidos iónicos; disminuir la contaminación de los coches, añadiendo nanopartículas al asfalto que las eliminan; trabajar a temperaturas de asfaltado más bajas añadiendo materiales con capacidad de absorción y desorción de agua, con el consiguiente ahorro energético y de reducción del dióxido de carbono, y cambiar los materiales del asfalto que provienen del petróleo, principalmente el betún, por residuos orgánicos, como los barros que generan las depuradoras de aguas residuales, reduciendo así el uso de combustibles fósiles.

“Estos avances deben ayudar a la descarbonización de la industria vinculada a la construcción, mantenimiento y reforma de las redes viarias y, por otro lado, a la revalorización de los residuos impulsando la economía circular. Actualmente el ligando asfáltico proviene de la destilación del petróleo, de manera que es importante obtener a partir de otra materia prima medioambientalmente más sostenible”, aseguran los responsables de la actuación. Precisamente, este nuevo pavimento asfáltico se ha probado recientemente en un tramo de unos 400 metros de la carretera TP-2031, en el término municipal de La Cellera, que forma parte de la red local de carreteras de la Diputación y que se ha convertido en un banco de pruebas con la colaboración de la empresa Sorigué.

De hecho, las actuaciones ya han sido todas validadas y se considera que están a punto para entrar en la fase industrial y buscar salida al mercado. Mientras tanto, los investigadores y las investigadoras participantes en este proyecto continúan perfeccionando las tecnologías desarrolladas.

El PECT (Proyectos de Especialización y Competitividad Territorial) “Cuidemos lo que nos une” se enmarca en la RIS3CAT y en el Programa operativo FEDER de Cataluña 2014-2020, y está cofinanciado por la Generalidad de Cataluña y la Diputación de Tarragona.

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