En Comú Podem Tarragona ha denunciado hoy en rueda de prensa que “a pesar de las buenas palabras, no estamos ante un proyecto educativo, sino de intereses urbanísticos y económicos encubiertos”. “Queremos mejorar y repensar el sistema educativo de la ciudad en general y del Complejo Educativo en particular. Nos oponemos a hacerlo mal, sin dimensión social ni mirada de futuro” ha dicho Jordi Collado, Portavoz de ECP en Tarragona.
“El urbanismo no puede marcar el rumbo de la educación pública. La educación tiene que marcar el rumbo de la ciudad”, ha afirmado, advirtiendo que todo el proceso, desde 2013 con la primera propuesta de Ballesteros hasta la actual de Viñuales de este 2025, pasando por la de Ricomà como promesa electoral en 2023, se está hecho sin participación de la comunidad educativa (docentes, personal de administración y servicios, alumnado y familias) ni de la ciudadanía (asociación de vecinos, sindicatos…). Todo con un calendario opaco y sin garantizar el mantenimiento ni la mejora de los servicios existentes.
Según los morados, la actual propuesta genera más incertidumbres que seguridades. “Parece que la Generalitat de Cataluña no quiera ser consciente de que aparte de dos institutos de referencia de formación profesional (Ins Cal·lipolis e Ins Pere Martell), el actual Complejo educativo acoge la Escuela de educación especial SOLC, los Servicios educativos de El Tarragonès con el Centro de Recursos Pedagógicos (CRP), los equipos de Asesoramiento Psicopedagógico (EAP), el Centro de Recursos Educativos para Deficientes Auditivos (CREDA), los Equipos de Asesoramiento en Lengua, Interculturalidad y Cohesión Social (ELIC) o los servicios de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), entre otros. Además, del Barnahus, el Campo de Aprendizaje de la Ciudad de Tarragona, una Residencia de estudiantes, dos centros residenciales de Acción Educativa, además de servicios complementarios: comedor, enfermería, cafetería, copistería y, especialmente, instalaciones deportivas”.
Críticas a las formas y a los responsables
Desde En Comú Podem se ha señalado a la Generalitat y al Ayuntamiento por ceder a la planificación de las grandes empresas del Puerto de Tarragona, a quienes acusan de querer liberar los terrenos del actual complejo educativo sin asumir su coste social ni económico. “Unas instituciones que avalan el greenwashing portuario y no cuestionan un modelo extractivo que genera muchas externalidades negativas y es incapaz de redistribuir la riqueza generada”, insisten.
Por otra parte, cuestionan al PSC que impulsa, desde el Ayuntamiento de Tarragona, un modelo de urbanismo basado en la rentabilidad del suelo, planteando un soterramiento de líneas de alta tensión que supera los 7 millones de euros, financiado a través de presión urbanística de los planes parciales que rodean la zona cuando sería necesario que fuera la Generalitat y la Autoridad Portuaria quien asumiera este coste, ya que son los beneficiarios de la operación. El traslado supondría un coste de más de 100 millones de euros entre nuevas construcciones, dotaciones e infraestructuras, sin asegurar que el retorno educativo o social de esta inversión será palpable para los vecinos y vecinas del entorno.
Una alternativa posible y transformadora
En Comú Podem ha propuesto una alternativa clara y viable:
- Planificar un nuevo complejo educativo con dimensiones suficientes y las instalaciones necesarias que permita atender el incremento previsto de plazas de formación profesional hasta 2030 (más de un 50% según el Plan de la Generalitat) que ofrezca a los adolescentes y jóvenes de Poniente las oportunidades que se merecen.
- Impulsar un nuevo modelo de Complejo educativo abierto a la ciudadanía físicamente, con calles y zonas verdes abiertas a la ciudadanía. Que en forma y fondo, asegure oportunidades socioeducativas en un entorno, los barrios de Poniente, en el que la tasa de abandono escolar prematuro llega al 50% en algunos centros.
- Garantizar espacios deportivos suficientes y complementarios al Anillo Mediterráneo para dar respuesta a las necesidades crecientes que generarán el INS Calípolis, EUSES y el futuro centro de tecnificación deportiva o las estancias profesionales en los equipamientos. Actualmente, el Anillo ya se encuentra saturada de usos ciudadanos, escolares y competitivos, y no se prevé ninguna nueva construcción deportiva que absorba la demanda futura.
- Rehabilitar parte del actual complejo como campus integral y espacio de memoria democrática, incorporando nuevos usos culturales, formativos y sociales. Y ello tiene sentido por el valor patrimonial y arquitectónico, en conjunto educativo singular del franquismo, con arquitectura de valor y obras artísticas notables. Además de su valor histórico y memorias cruzadas, con un espacio con significación ideológica, social y artística, reutilizable como espacio de memoria y cultura democrática. Habría que explorar figuras de protección posibles como el Bien Cultural de Interés Local o Nacional, espacio de memoria democrática.
Todo ello con una propuesta de participación honesta y construida con actores económicos, sociales, culturales…, que tenga en cuenta las peculiaridades del proyecto, de los agentes que lo impulsan y a las necesidades que nos han llevado aquí.
Un compromiso con la educación y con las personas
La propuesta de En Comú Podem parte de un compromiso profundo con la educación pública como herramienta de transformación social y de equidad. Tarragona arrastra carencias estructurales en materia educativa: barracones, falta de plazas públicas, infraestructuras anticuadas, y una tasa de abandono escolar prematuro por encima de la media catalana —especialmente elevada a los barrios de Ponent, como Campclar, donde se quiere trasladar el nuevo complejo.
“No podemos trasladar servicios y alumnos sin garantizar derechos, entornos dignos ni igualdad de oportunidades. La educación es el eje del desarrollo vital de miles de jóvenes y no puede estar subordinada a ninguna lógica urbanística”, ha expresado el Consejero Jordi Collado.
Desde En Comú Podem reiteramos nuestra voluntad y disponibilidad para construir una propuesta educativa ambiciosamente pública, social y transformadora. Tarragona no puede perder lo que ya tiene. Debe saber proyectarlo con inteligencia, justicia y arraigo. “La ciudad educativa no se decreta, se construye. Y se construye con la gente, desde la memoria y hacia el futuro” ha remachado Collado para acabar la rueda de prensa.