El acusado de matar a su padre en El Catllar en 2023 ha reconocido haberle dado algunas bofetadas durante una discusión. El hombre ha manifestado que fueron pocas y que fueron las que los vecinos registraron. Asimismo, ha alegado que había consumido droga adulterada y que por ello no recuerda mucho más del momento de los hechos ya que, según ha manifestado, se quedó dormido hasta que llegó la policía. Con todo, el presunto parricida ha asegurado que había discutido con su progenitor porque maltrataba a los perros. “No lo quería matar, quería que dejara de pegar a los perros y de manipularme; que me dejara tranquilo”, ha asegurado. En la última sesión del juicio, el jurado popular ha visionado los vídeos de la agresión grabados por los vecinos.
El acusado únicamente ha respondido a las preguntas de su abogado y ha hecho un relato de cómo recuerda los hechos. De entrada ha explicado que la relación con su padre no era buena, especialmente desde la muerte de su madre y ha puesto énfasis en el aprecio que tenía hacia sus perros. “Estaba mal por la muerte de mi madre y cogí perros para animarme. Fueron mis amigos, mi medicamento, y él les pegaba. Mi padre fue una persona muy celosa con mis amigos, mi trabajo e incluso con los perros. Yo los cuidaba como si fueran mis hijos y eso a él no le gustaba”, ha expuesto.
El hombre ha dicho que tomó vodka y cocaína adulterada y que cree que estaba mezclada con heroína, y que eso lo hizo dormir muchas horas. Cuando se despertó vio que a uno de los perros le faltaban tres dientes porque su padre lo había maltratado y aquello inició una discusión entre ambos. “Me dio un golpe en la cabeza y en el brazo, pero creo que fue un accidente. Si yo no hubiera recibido la droga alterada no le habría hecho nada”, ha declarado. Seguidamente ha relatado que se recuerda enajenado por los estupefacientes y ha reconocido haberle dado algunas bofetadas, si bien “estaba muy enfadado pero no estaba agresivo”.
Después, ha dicho que volvió a dormirse y que cuando se despertó de nuevo ya estaba la policía en su casa. “Los policías fueron muy profesionales. Me dijeron que tenía que marcharse con ellos pero no me dijeron nada más; no entendía nada. No me dijeron que mi padre estaba lleno de sangre “, ha señalado. Una vez en el coche, ha expuesto que se puso a llorar porque estaba “preocupado por los perros”.
Informes finales
Con la declaración del acusado y la valoración de las pruebas documentales, fiscalía y defensa han leído sus informes finales. El ministerio público ha mantenido sus tesis y ha reclamado diecinueve años de prisión y diez de libertad vigilada por un delito de asesinato con traición.
La defensa ha pedido la absolución o, en caso de que sea condenado por el jurado popular, una pena de seis meses de prisión. El abogado ha remarcado los abusos que el acusado habría recibido de parte de su padre desde pequeño y que eso le había ocasionado diferentes trastornos psíquicos que le acabaron llevando a consumir drogas, que le alteraron sus capacidades mentales. Asimismo ha manifestado que las agresiones reconocidas no eran suficientes para causarle la muerte, sino que las lesiones se agravaron por una infección sufrida en el hospital que no tienen que ver con los hechos. Finalmente, ha alegado que el acusado “nunca quiso matar a su padre” y ha solicitado que se le aplique la atenuante de confesión.