Usuarios de Cercanías se han quejado este lunes por la noche cuando se han encontrado las puertas de la estación de Sants de Barcelona cerradas y con los vigilantes de seguridad que solo permitían el acceso al interior a los pasajeros que tenían billetes de larga distancia y alta velocidad. “Somos usuarios de segunda clase (…) No tenemos derecho a entrar para estar cubiertos y acceder a los servicios como sí tienen los que están dentro”, ha lamentado el Jose Antonio, un pasajero que mostraba enfadado su billete para volver a El Vendrell y que se ha quedado fuera de la estación. Dentro, decenas de viajeros se preparaban para pasar la noche en una estación sin trenes en funcionamiento tras el apagón general que ha paralizado el país.
Pocas horas antes, el ministro de Transportes, Óscar Puente, había asegurado que algunas estaciones -incluidas las de Sants y el Camp de Tarragona- quedarían abiertas durante toda la noche para facilitar que las personas que tenían que coger un tren y no tenían otra posibilidad de pernoctar lo pudieran hacer allí.
Esta restricción en los accesos ha hecho que decenas de personas se concentraran ante las puertas de la estación durante las primeras horas de la noche, algunos indignados y otros atorados por no saber dónde dormir. Los pasajeros que sí podían entrar en la estación, tras mostrar los billetes autorizados, buscaban un rincón para descansar e intentar pasar la noche. Muchos iban en busca de conexión y respuestas a los teléfonos móviles o pasaban el rato con el ordenador, según se podía ver a través de los cristales de la estación.
El José Antonio, uno de los pasajeros que se ha quedado fuera, considera que Adif ha “dejado tirados” a los usuarios de Cercanías y ha criticado que solo les ofrezcan la posibilidad de dormir en uno de los polideportivos que el Ayuntamiento de Barcelona ha habilitado para que las personas incomunicadas o sin la posibilidad de volver a casa puedan pernoctar. Uno de los centros donde se puede pasar la noche es precisamente en el parque de la España Industrial, cerca de la estación. Con todo, él habría preferido dormir en la estación, cree que se habría sentido más seguro, y también se ha mostrado indignado y dolido por la situación de desamparo a las puertas de la estación: “Aquí no tenemos servicios ni para ir al lavabo ni limpiarnos los dientes”.
En los alrededores de Sants, también había turistas atrapados por el apagón. Es el caso de la Louisa y una amiga, de Alemania, que tenían que viajar a Madrid en avión, pero no han podido. Han buscado una alternativa en el tren, pero se han encontrado la estación de Sants cerrada. “Estamos pensando qué hacer ahora. Quizás buscar un hotel”, ha explicado esta viajera a quien el apagón lo ha cogido de vacaciones en el estado español, visiblemente soñada por no tener lugar donde dormir y cómo continuar el viaje.
Ahora bien, había pasajeros que ataban con calma la situación, a pesar de la espera fuera del recinto. “Si entro, dentro tampoco podré coger ningún tren”, afirmaba el Tomàs, un viajero que iba de camino a Portbou y que está “resignado” a hacer noche en Barcelona. “Seguro que tendré que pasar la noche aquí pero es lo que hay, si me empeño no sacaré nada porque no saldré de aquí igualmente”, añade.
Los viajeros se unían en grupos para pasar el rato -a veces sin conocerse de nada-. Es el caso de Tomás y José, que aseguran que han coincidido yendo a buscar comida a un bar y se han juntado mientras esperan que se reanude el servicio de trenes. “Yo puedo entrar, porque tengo billete de larga distancia, pero tampoco puedo hacer demasiada cosa dentro. Como mucho te ofrecen agua”, apunta José, que se ha quejado de “falta de información” por parte de Renfe y Adif. “Nadie sabe nada”, remarca.
Familias que se organizan para recoger a los hijos
Algunos usuarios que eran de Barcelona o de lugares cercanos sí han vuelto a casa cuando han encontrado alternativas de transporte o bien las familias les han ido a buscar, como el caso de la Carla, que estaba a punto de subir a un AVE hacia Madrid cuando ha habido el apagón. Esta chica ha vuelto a casa después de pasar todo el día en Sants esperando información o alguna previsión de si podría viajar.
“No nos han dado ninguna respuesta. No es culpa de ellos. Estamos todos incomunicados, pero claro, yo porque soy de Barcelona, pero ¿y los que no?”, decía, visiblemente cansada. La Carla ha explicado que les han dejado fuera de la estación durante toda la tarde y que no les han permitido entrar hasta el atardecer -enseñando el billete de alta velocidad- y ha lamentado que solo les hayan dado una botella de agua.
Otra familia que se ha movilizado para recoger al hijo es la de David, un estudiante de 17 años y de Sant Fost de Campsentelles que no podía volver a casa desde Barcelona y tampoco entrar en la estación con el billete de Cercanías. La madre, muy preocupada, ha movilizado su entorno para poder llegar a Sants. “Hemos venido al rescate”, decía, emocionada, tras reencontrarse con el hijo.