“NO quiero asumir una ‘libertad de expresión’ llena de ataques e insultos, en rumores malintencionados, ni mucho menos, al meterse con mi orientación sexual“. Este es uno de los fragmentos del comunicado que compartía ayer por la noche Jordi Ballart, alcalde de Terrassa, a través de sus redes sociales.
Un comunicado que iba acompañado de una serie de fotografías que mostraban algunos de los mensajes de odio que recibe habitualmente el alcalde Ballart. Al final del mensaje, Ballart concluía que a pesar de poder esperar malos comentarios debido a la exposición que conlleva ser un personaje público tiene un único límite: su familia.
Así pues, aunque el caso del alcalde de Terrassa puede parecer particular, no es un hecho aislado, y es que las redes sociales han comportado que muchos cargos públicos sean objeto de odio y denigración, recibiendo un continuo escarnio y acoso.
Por lo tanto, Jordi Ballart se ha atrevido a decir basta y a denunciar mensajes que atentan contra su libertad personal y sexual, ya que una cosa es expresar una opinión o estar en contra de su gestión y otra muy distinta es atacar, humillar e insultar a una persona por aspectos que nada tienen que ver con la gestión política de la ciudad.
Su publicación ha recibido centenares de comentarios, muchos de ellos mostrando su cariño y apoyo al alcalde y mayoritariamente, apuntando a un mismo argumento: una cosa es criticar y, otra muy diferente, es insultar.
Aquesta és una mostra d'alguns missatges que rebo sovint. 👇🏼
😡 Ciutadanes i ciutadans que expressen les seves queixes i malestar així.
⛔ Això NO és llibertat d'expressió i encara que ni la justícia ni res hi posi fre, jo sí ho faré no permetent-ho.
⛔️ Ni una més! pic.twitter.com/v1mdyOMixz
— Jordi Ballart Pastor (@jordi_ballart) March 12, 2024