Desgraciadamente, las situaciones de discriminación lingüística por el hecho de hablar en catalán no son ninguna novedad. Y prueba de ello es la denuncia por catalanofobia que quiso hacer pública un cliente de una cafetería.
El periodista y consultor en comunicación Marc Serrano se encontraba este pasado sábado 4 de mayo en la cafetería ‘Coffee Goleta’, ubicada en la Rambla de Égara. A la hora de hacer el pedido decidió dirigirse al camarero en su lengua, el catalán. Como respuesta, el camarero le dijo: “¿Me puedes hablar normalito?”.
Ante la situación vivida, el periodista Marc Serrano, lejos de quedarse de brazos juntos ha decidido compartir a través de redes sociales lo que vivió. Un acto que ayuda a visibilizar situaciones de catalanofobia que son una realidad y a concienciarnos socialmente de que ser atendidos en catalán es un derecho de cualquier consumidor y consumidora.
🗣️ «¿Me puedes hablar normalito?»
L'aventura d'intentar viure en català. He respirat fondo, li he explicat que és la llengua pròpia del país, i, òbviament, la hi he mantinguda. I també òbviament, cap a @consumcat. Ja n'hi ha prou.
Cafeteria Goleta
Rambla d'Ègara, 153#Terrassa pic.twitter.com/asBjLCVJt2— Marc Serrano i 𝗢̀𝘀𝘀𝘂𝗹-Crusafont (@marcossul) May 4, 2024
“La aventura de intentar vivir en catalán. He respirado, le he explicado que es la lengua propia del país, y, obviamente, la he mantenido. Y también obviamente, hacia @consumcat. Ya basta“, ha expresado Serrano a través de su perfil de X (antiguamente Twitter).
Así pues, la denuncia no sólo ha sido interpuesta al propio camarero, sino que el cliente ha hecho llegar también la denuncia a la Agencia Catalana del Consumo.
De hecho, tal y como mencionábamos anteriormente ser atendido o atendida en lengua catalana es un derecho que figura en el Código de consumo y tal y como se expresa “las personas consumidoras, en sus relaciones de consumo, tienen derecho a ser atendidas oralmente y por escrito en la lengua oficial que escojan“. Por tanto, tal y como también queda tipificado en el reglamento, vulnerar los derechos lingüísticos de las personas consumidoras “puede tener la consideración de infracción administrativa“.