Terrassa se prepara para vivir una nueva edición de su esperado Carnaval, pero este año, un elemento ha desencadenado una fuerte controversia. El cartel ganador de la 48ª edición de la fiesta, que muestra una imagen de un obispo juntado de cuatro grapas y con talones rojos, ha generado indignación entre varios colectivos religiosos. Por ejemplo, el Consejo Interreligioso de Terrassa, ha emitido un comunicado expresando su malestar por la imagen y la forma en la que ha sido presentado.
Según el Consejo, el uso de símbolos religiosos en este cartel, especialmente en un contexto de humor y de irreverencia, es una falta de respeto que los “hiere profundamente”. Además, critican que la presentación del cartel se realizara en una capilla funeraria, un espacio cargado de emociones para las personas religiosas. La combinación de estos elementos, dicen, “provoca una burla gratuita y hermosa”, según ha informado.