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La renovada Jugateca Ambiental ha abierto este domingo con una jornada de talleres de plantas, una cocina solar para deshacer chocolate y juegos desplegables para los más pequeños. Cañete ha explicado a la ACN que con esta aula, que ya desarrollaba algunas actividades durante este tiempo, acompañada de la reapertura de la playa, se quiere recuperar la normalidad de los veranos pasados.
“Lo que queremos es volver a la normalidad”, ha explicado Cañete, a la vez que ha aspirado a poder dar en breve el pistoletazo de salida a la temporada de baño, de la mano del Área Metropolitana de Barcelona, con los servicios correspondientes como el personal de socorristas, entre otros.
Los bañistas, sin embargo, están divididos. La mayoría todavía son reticentes a ponerse en el agua. Es el caso de Juan y el Esther, que han confesado que, tras años de contaminación en el río, el entorno actual invita a pasar el día paseando o tomando el sol, pero aún no a bañarse. “Hay puestos de más confianza”, ha descrito el Esther.
También Víctor, quien ha pasado la mañana en la playa de El Litoral con su grupo de amigos, ha admitido que no están “casi confiados” en ponerse en el agua, aunque ha apuntado que irán viendo cómo se van sintiendo. De momento, se han limitado a jugar a voleibol en la arena.
Ningún “peligro”
Por otro lado, hay algunos bañistas como La Noria, vecina del municipio, que esperaba con ganas la reapertura de la playa en febrero para poder disfrutar de ella. Pasaba los veranos de pequeña y vivió su cierre como un “trauma”. De momento, todavía no se ha bañado, pero ha asegurado que piensa volver a nadar cuando llegue el buen tiempo. La Noria no ve ningún “peligro” para bañarse y celebra que el espacio vuelva a estar abierto para poder reencontrarse con amigos y familiares.
Asimismo, la Bibiana ha llevado a su hijo de 7 años, en Pol, y no ve mal la calidad del mar en la playa. “El agua está limpia”, ha defendido, a la vez que ha afirmado que volverá con el niño en futuras ocasiones.
Informe de la Generalitat
La Agencia Catalana de Residuos emitió un informe en febrero con la conclusión de que ya no había metales en superficie que sean un riesgo para la salud de los bañistas. Si bien desde la primavera de 2023 se había trabajado en la descontaminación de la playa, los reiterados temporales marítimos fueron jugando en contra porque hacían aflorar nuevos elementos tóxicos.
A finales del verano pasado se realizaron las últimas tareas de limpieza, que habrían sido definitivas en las capas más superficiales de la arena. Así pues, la playa se reabrió el pasado 19 de febrero, con la retirada de vallas que bloqueaban el acceso al recinto.
