El año 2023 ha sido un año de pequeñas mejoras en la gestión de residuos en el área metropolitana de Barcelona, con un aumento moderado de la recogida selectiva, pero también con grandes retos para alcanzar los objetivos de la Unión Europea.
Según los datos oficiales, la recogida selectiva ha llegado al 40% del total de los residuos generados, una cifra que, a pesar de ser un récord histórico, todavía se encuentra en 15 puntos porcentuales del 55% marcado por la UE como objetivo para 2025.
Las diferencias entre municipios son notables
Una de las claves del incremento de la recogida selectiva es la implantación de nuevos sistemas de recogida, como el “puerta a puerta” o los contenedores cerrados. En los municipios donde estos sistemas han sido adoptados, los resultados son mucho más positivos, con algunos municipios superando ampliamente el 55% de índice de recogida selectiva.
Por ejemplo, municipios como Santa Coloma de Cervelló o Corbera de Llobregat han visto un incremento espectacular, pasando de recoger el 41,5% y el 49,2% de los residuos selectivamente, respectivamente, además del 70% en poco más de tres meses.
Guille López, conseller delegado del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), destaca la importancia de estos cambios en el sistema de recogida: “Los ejemplos de éxito como los de Santa Coloma de Cervelló o Corbera de Llobregat demuestran que el sistema de contenedores abiertos en la calle ha llegado al límite de sus posibilidades. Hay que seguir apostando por la recogida puerta a puerta, aunque es compleja de implantar en ciudades grandes como Barcelona.”
Un reto económico y ambiental
La gestión de residuos no sólo es una cuestión ambiental, sino también económica. Els municipis amb recollida selectiva individualitzada experimenten un estalvi significatiu en el cost de tractament dels residus.
Según los datos del AMB, tratar una tonelada de materia orgánica bien separada cuesta casi la mitad que tratar una tonelada de fracción resto, una fracción que representa el residuo más difícil y costoso de gestionar.
De hecho, el AMB estima que si todos los municipios del área metropolitana adoptasen sistemas de recogida selectiva más eficientes, los costes de tratamiento podrían disminuir en 20 millones de euros antes de 2025.. Aquesta reducció de costos es derivaria en gran mesura de l’estalvi en l’impost sobre abocament controlat o incineració, un impost que penalitza els residus destinats a abocadors i incineradores, i que contribueix a finançar la recollida selectiva i les instal·lacions de tractament.
La tendencia de generación de residuos y la fracción orgánica, puntos críticos
La generación total de residuos en el área metropolitana de Barcelona se situó en 2023 en 1.490.000 toneladas, con una ligera disminución respecto al año anterior (445 kg por habitante y año frente a 446 kg en 2022). Esto ha supuesto una reducción general del 10% de la producción de residuos desde 2010, aunque la meta de la UE de reducirlos en un 15% para 2025 parece difícil de cumplir.
Por otro lado, la fracción orgánica sigue siendo una asignatura pendiente. En 2023, sólo el 35,1% de la materia orgánica generada se recogió selectivamente, una cifra demasiado baja si se tiene en cuenta que el correcto tratamiento de estos residuos representa un ahorro económico y medioambiental importante. Tratar una tonelada de fracción orgánica separada correctamente cuesta 62,9 euros, mientras que tratar la misma cantidad de fracción resto (que generalmente acaba en el vertedero) puede costar hasta 130,2 euros.
Los objetivos de la Unión Europea: un reto a alcanzar
Los objetivos marcados por la Unión Europea en materia de reciclaje son ambiciosos. A partir de 2025, los estados miembros deberán reciclar al menos el 55% de sus residuos municipales, y esta cifra deberá subir hasta el 65% en 2035.
En Cataluña, la Ley de Residuos también prevé conseguir el 60% de recogida selectiva de residuos municipales.
En el área metropolitana de Barcelona, el programa PREMET25 (Programa Metropolitano de Prevención y Gestión de Residuos Municipales 2019-2025) establece como objetivo conseguir el 55% de recogida selectiva para 2025. A pesar de los progresos, los resultados de 2023 muestran que casi la mitad de los municipios metropolitanos (27 de los 36) aún no han alcanzado este objetivo.
No obstante, la implantación del modelo puerta a puerta sigue siendo una de las principales vías para alcanzar estas metas.