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El último informe del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona ha llegado a conclusiones preocupantes por lo que ponen de manifiesto la precariedad en la que viven los inquilinos, tanto por el elevado precio de los alquileres en la ciudad como por los sueldos bajos que perciben.
Así, según este informe, uan tercera parte de inquilinos de Barcelona destina más de la mitad de sus ingresos a pagar el alquiler.
Según datos del propio trabajo, tras pagar la mensualidad la mitad de los inquilinos queda en situación de pobreza, con menos de 560 euros para pasar el mes. Además, dos de cada tres arrendatarios destina más de los recursos recomendados.
Sin embargo, desde el Instituto de Investigación Urbana de Barcelona remarcan que sólo un 7,2% de los barceloneses se ha retrasado, en algún momento, en el pago de la mensualidad.
Además, insisten en que estas cifras demuestran que la vivienda es lo último que las familias dejan de pagar. De esta manera, defienden, se desmontan mitos como, por ejemplo, que “hay muchos inquilinos que no pagan” o que hay un alto riesgo “de inquiokupación”.
El informe del IDRA muestra que la inmensa mayoría de los alquileres de Barcelona son temporales, y a precio de mercado: nueve de cada 10 cumplen estas características.
Para los investigadores del instituto, esta temporalidad hace que los arrendatarios sufran “variaciones especulativas”. Variaciones, apuntan, también provocadas por un nuevo fenómeno que definen al trabajo: el de “la hiperinseguridad”. Se trata de la sustitución de contratos temporales por alquileres de temporada, una sustitución que provoca un importante aumento de precios.
En este sentido, el informe señala que más de la mitad de los inquilinos con contratos vigentes han sufrido subidas por encima del IPC. También que la temporalidad de los alquileres y la subida de precios acaban suponiendo muchas más mudanzas. En Barcelona ciudad, por ejemplo, el 80% de los inquilinos ha cambiado de piso en los últimos cinco años.
