El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha presentado este martes una propuesta “sólida y definitiva” para la ampliación del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona–El Prat. El anuncio, hecho en el Palau de la Generalitat tras reunir la Comisión Técnica encargada del proyecto, supone un giro decisivo en una de las infraestructuras más debatidas de la última década.
El acuerdo, alcanzado entre el Gobierno de Cataluña, el Ministerio de Transportes y Aena, incluye una inversión global de 3.200 millones de euros y prevé actuaciones de gran alcance: el alargamiento de la tercera pista hacia el mar unos 500 metros, la construcción de una terminal satélite, y la remodelación de las terminales T1 y T2.
Según ha explicado Illa, la propuesta cumple con criterios de “máximo rigor técnico y ambiental” y busca convertir El Prat en un hub intercontinental con capacidad para competir con otros aeropuertos europeos. “Cataluña necesita un aeropuerto que impulse su economía y la conecte con el mundo”, ha afirmado el presidente, quien ha defendido que la ampliación responde a una “visión a largo plazo”.
Una ampliación con enfoque ambiental
La propuesta incluye una serie de medidas compensatorias para reducir el impacto sobre el Delta del Llobregat, una zona de alto valor ecológico. En concreto, se prevé renaturalizar hasta 250 hectáreas de terreno agrícola, crear una “anilla verde” alrededor del aeropuerto y establecer un fondo ambiental específico.
Illa ha querido dejar claro que el proyecto ha sido diseñado para adaptarse a los requisitos europeos en materia de sostenibilidad: “Este es el proyecto más equilibrado posible. Protegemos el territorio mientras aseguramos el futuro económico de Cataluña.”
Cronograma previsto
El plan director se presentará oficialmente en el año 2028, con el inicio de las obras previsto para 2030 y finalización estimada para 2033. Además de los autos estructurales, se incluyen mejoras como una nueva salida rápida para la pista cruzada y la conexión subterránea con la futura terminal satélite.
Reacciones divididas
Aunque la propuesta ha sido presentada como un consenso entre instituciones, ha generado fuertes críticas. Plataformas como Ecologistas en Acción y Zeroport han anunciado movilizaciones inminentes. Denuncian que la ampliación agravará la crisis climática y pondrá en peligro los ecosistemas del Delta. “Esto no es transición ecológica, es negacionismo verde”, ha denunciado la plataforma.
Desde el terreno político, los Comunes y la CUP se han mostrado rotundamente en contra. La portavoz de los Comunes, Aina Vidal, ha advertido de que el proyecto “empeorará la calidad de vida del área metropolitana”, mientras que la CUP acusa al Gobierno de “falta de transparencia institucional” y de actuar “de espaldas al Parlament”.
También hay reproches desde el Partido Popular catalán, pero en una dirección opuesta. Su líder, Alejandro Fernández, ha criticado a Illa por “ceder ante sus socios”, y ha exigido una apuesta “más ambiciosa” para garantizar el liderazgo económico de Cataluña.
Una de las voces más contundentes contra la ampliación ha sido la de la alcaldesa de El Prat de Llobregat, Alba Bou, que ha cuestionado la viabilidad jurídica del proyecto dentro del marco normativo de la UE y ha recordado que “los ecosistemas no entienden de límites municipales”.